La FRAVM, Ecologistas en Acción y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), que juntos conforman la Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, no están dispuestos a abandonar este viejo anhelo vecinal. Y menos, después de que "tanto esta instalación como el resto de plantas del Parque Tecnológico hayan intensificado su actividad en los últimos meses, lo que ha generado un aumento de las emisiones y de las molestias en los barrios y municipios que lo rodean".
"Detrás de este hecho se encuentra el incremento de los residuos sanitarios fruto de la pandemia de la Covid-19 pero, sobre todo, la asunción, tras el cierre del vertedero de Alcalá de Henares, de los residuos procedentes de las localidades de la Mancomunidad del Este, que para más INRI llegan a Valdemingómez mezclados", aseguran desde la FRAVM.
Desde 2018 el Ayuntamiento no publica las memorias de la incineradora
¿Cuánto tiempo más se prolongará esta situación, cuándo va a estar lista de una vez la planta de Loeches que hace meses debía de haber comenzado a recibir la basura del Henares? Se preguntan los vecinos y vecinas de Villa de Vallecas, que en su momento protagonizaron importantes movilizaciones contra la llegada de estos residuos y desde hace días soportan un incremento de malos olores procedentes del Parque Tecnológico.
A todo esto, hay que añadir la irregular recogida de residuos sólidos urbanos realizada durante los días posteriores a la gran nevada, lo que ha supuesto la recepción de toneladas de basura mezclada, sin su habitual separación en las fracciones de envases y plásticos, orgánica y todo resto.
Para denunciar estos problemas, pero poniendo el foco en una demanda vecinal y ecologista que tiene ya 26 años, las tres entidades citadas organizaron el domingo, 31 de enero, la II Marcha por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez. Desde allí, al igual que hicieron el año pasado, pero en esta ocasión respetando las normas de distancia y seguridad propias de la pandemia de la Covid-19, las y los participantes caminaron hasta la puerta misma de la polémica instalación de Las Lomas.
A la espera del nuevo contrato de gestión de la incineradora
En junio del año pasado venció el contrato de gestión de la incineradora. Desde entonces, el Ayuntamiento de Madrid, utilizando la fórmula de convalidación de gasto, prolonga el acuerdo que mantenía con Urbaser para tal fin, una situación poco comprensible para los colectivos vecinales y ecologistas, que llevan casi tres años solicitando que el nuevo contrato se realice teniendo en cuenta el plan de cierre definitivo de la instalación.
Desde la FRAVM argumentan que "hasta el momento nada sabemos del contenido del nuevo acuerdo comercial, cuyo borrador el delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, Borja Carabante, se comprometió a trasladar a las tres organizaciones cuando estuviese listo. Esto lo hizo en una reunión que mantuvo con ellas el pasado 13 de mayo en la que también acordó convocarlas para debatir sobre la nueva estrategia de residuos que el Consistorio tiene intención de poner en marcha, con el fin de reemplazar la aprobada por el equipo de Gobierno precedente. Desde esa fecha, y ya han pasado más de ocho meses, seguimos a la espera".
"La incineración de basura es el sistema menos eficiente, más caro y que menos empleo genera en la gestión de residuos urbanos, por lo que el cierre de la planta de Las Lomas es una necesidad urgente", sostienen los colectivos convocantes de la marcha del domingo. Entre las emisiones de esta instalación se encuentran dioxinas y furanos, contaminantes ambientales que pertenecen a la llamada “docena sucia”, un grupo de productos químicos peligrosos que a su vez forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes.
Diferentes estudios señalan la relación entre las emisiones lanzadas a la atmósfera de estos contaminantes y el incremento del riesgo en la población de contraer diversos tipos de cáncer (pleura, vesícula, estómago o páncreas) y enfermedades graves (como el linfoma no Hondgkin o malformaciones en recién nacidos). Uno de estos estudios, publicado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, concluye que “existe un incremento significativo del riesgo de muerte por cáncer en las localidades próximas a incineradoras e instalaciones para la recuperación o eliminación de residuos peligrosos”.
Por ello, la FRAVM, Ecologistas en Acción y GRAMA insisten en solicitar un plan de cierre de la incineradora de Las Lomas que concluya en 2025 con la clausura definitiva de la instalación, tal y como se aprobó en el mandato de Gobierno anterior.
Las tres entidades promotoras, que conforman la Mesa de Trabajo por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, también denunciaron que desde 2018 el Ayuntamiento no publica las memorias de la incineradora, lo que impide conocer el volumen de residuos quemados, la forma en que se han tratado, así como su coste.