MADRID | AHOGADOS EN PLÁSTICO

¿Cómo podemos vivir sin plástico, o al menos, reducir su consumo?

¿Cómo podemos vivir sin plástico, o al menos, reducir su consumo?

Consejos para reducir el uso de plástico

 

De un tiempo a esta parte, el problema que supone la ingente cantidad de plástico de un solo uso que se fabrica (y se tira) se ha puesto de relieve. Mares contaminados, animales muertos o microplásticos en nuestra cadena alimenticia son solo algunos de los titulares que nos indican que nos enfrentamos a una grave realidad. Y es que solamente el 9% de todos los plásticos que se fabrican se reciclan. Si no se toman medidas inmediatas, en 10 años (cinco, según otros expertos), la situación será irreversible.

 

Con motivo del #JulioSinPlástico (Plastic Free July), la campaña que lleva poniéndose en práctica desde hace varios años para intentar paliar esta problemática, os ofrecemos algunos consejos que todos podemos poner en práctica en nuestro día a día y así ayudar a disminuir el consumo indiscriminado de plástico.

 

 

vivir sin plastico

 

 

EN CASA

 

Telas de cera de abeja o bolsas de tela. Cuando dejamos una sandía a medias en la nevera, o un poco de comida en un plato, podemos evitar el uso de papel de aluminio o film de manera muy sencilla. Utilizar un plato para poner la sandía boca abajo o poner la comida en tápers son dos ejemplos. Existen telas tratadas con cera de abeja para tapar alimentos o bolsas para poner la merienda de los niños, que pueden ser reutilizadas muchas veces.

 

Rellenar envases de plástico. Detergente, suavizante, jabón para los platos, champú o gel son productos que podemos comprar reutilizando los envases que ya tenemos en casa.

 

Frascos de vidrio. Comprar los alimentos en vidrio siempre es más saludable que en plástico o lata. Además, estos envases nos pueden servir para guardar comida en la nevera, en el congelador o en la despensa.

 

 

 

HACIENDO LA COMPRA

 

Bolsas reutilizables. Hacer la compra a granel es un gesto que ha regresado a nuestra vida. Legumbres, arroz, cereales, pasta, son algunos de los productos que podemos encontrar en cada vez más establecimientos, sin hablar de la fruta y verdura, algo mucho más habitual. Acudir con una bolsa de tela o de malla reutilizable, o con un táper o tarro de cristal, y rellenarlos cuantas veces sean necesarias, reduce considerablemente el uso de bolsas que, de media, nos duran lo que tardamos en llegar desde el mercado a casa.

 

Producto fresco y de temporada. Basar nuestra alimentación en productos frescos, locales o de producción cercana, y de temporada, lo que evitará envasados y transportes innecesarios de productos fabricados o cultivados en la otra punta del planeta. También se puede acudir a la pescadería y carnicería de confianza con tu propio recipiente y pedir que te sirvan ahí los productos.
Grupos de consumo. Basado en la búsqueda de productos de cercanía, varios productores de productos de todo tipo (aunque suelen ser sobre todo de alimentación) se unen para ofrecer sus productos casi directamente al consumidor, lo que beneficia a ambos.  

 



Aunque al principio es difícil y cuesta concienciarse, es importante saber decir no. 

 

EN NUESTRA HIGIENE

 

Copa menstrual. Cada mujer puede llegar a usar unas 15.000 compresas y/o tampones a lo largo de su vida, mientras que la vida útil de las copas suele ser de unos 10 años. Eso sin mencionar que los químicos que contienen estos productos para blanquear y evitar malos olores. Otra opción serían las compresas de tela y, para los bebés, los pañales.

 

Cepillo de dientes de bambú. Cada tres meses tenemos que renovar nuestro cepillo de dientes, lo que supone un número muy elevado a lo largo de nuestra vida. Existen sustitutos de bambú, aunque su huella de carbono también es alta.

 

Lufa. Es un vegetal que sustituye a la perfección tanto los estropajos como las esponjas para la ducha, evitando el contacto de nuestra piel con estos productos derivados del petróleo y que sueltan microplásticos con cada uso.

 

Maquinillas. Afeitarse o depilarse usando jabón sólido y una maquinilla metálica ahorra miles de maquinillas de plástico desechables.

 

 

 

EN LA CALLE

 

Botella o termo. Salir siempre de casa con una botella de agua de vidrio o metal, que pueda rellenarse en cualquier grifo, evitando la típica botella de plástico de agua embotellada.

 

Pajitas y vasos reutilizables. Si te gusta tomar café en la calle, o algún batido o helado fresquito, siempre puedes llevar encima una pajita metálica o de bambú, o una cucharilla de café (y pedir el helado en cucurucho, sin papel, en lugar de tarrina).

 

Menaje de casa. Si nos vamos a la playa o al campo a pasar el día, siempre podemos llevar los utensilios que ya tenemos en casa (recipientes, cubiertos, vasos…) para evitar usar menaje de un solo uso.

 

 

consejos reciclar

 

 

LA CLAVE: RECHAZAR

 

Aunque al principio es difícil y cuesta concienciarse, es importante saber decir no. Cuando te ofrecen una cucharita de plástico con el helado, una pajita con tu bebida, una bolsa para tus compras, podemos decir que no, ya que una bolsa de tela o una pajita ocupan muy poco espacio en el bolso o la mochila que siempre llevas encima.

 

 

 

NUESTRO PLANETA DEPENDE DE PEQUEÑAS ACCIONES

 

En resumen, podríamos decir que cuidar nuestro entorno, se basa en pequeñas acciones:

 

Alimentación: optar por productos frescos y sin envases, o llevar tu propio envase para comprarlo. Si viene envasado, la opción menos mala es el vidrio.

 

Limpieza: acudir a establecimientos donde poder rellenar envases que ya tenemos.

 

Cuidado personal: Rellenar botes de plástico una vez estén vacíos, o elegir productos sólidos (champú, gel, desodorante, pasta de dientes, crema solar…) en vidrio o papel; copa menstrual o pañales de tela; maquinillas metálicas…

 

En el bolso o en el coche: llevar siempre bolsas de tela, una pajita reutilizable, nuestra botella de agua…

 

 

 

SÚMATE AL MOVIMIENTO ZERO WASTE 

 

Si estás interesado en este movimiento, las redes sociales cuentan con numerosos grupos locales o nacionales de Zero Waste o desperdicio cero. En ellos puedes encontrar miles de trucos, alternativas, ideas o establecimientos donde realizar tus compras. Y aunque al principio puedas sentirte abrumado con la cantidad de plástico que hay en casa, lo que este movimiento promueve no es sustituir todo lo que tenemos por cosas que no sean de plástico, sino poner en práctica las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. No comprar nada, reutilizar todo lo que tenemos y, en último lugar, reciclar. El objetivo no es deshacernos de cosas que ya tenemos para comprar otras supuestamente más sostenibles.
 

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