A estas alturas resulta inconcebible pensar en febrero como una unidad soluble del amor. San Valentín, venerada y odiada a partes iguales, ha logrado consolidarse como una cita indiscutible en nuestros calendarios. Soyde. te propone, para el mes más corto del año, dos escapadas: la ‘Ciudad del Amor’ o la irreverente Ámsterdam. Amor y lujuria, aunque a menudo van de la mano, recrearán la inimitable ‘Tú a Londres y yo a California’; esta vez, tomarán direcciones diferentes.
París
Hay quienes han soñado con recorrer las calles de la ‘Ciudad de la luz’ del brazo de aquellos que, sin pensarlo, o tras mucho esfuerzo, se convirtieron, no solo en sus compañeros de viaje, sino de vida. Las orillas del Sena, las faldas de la Torre Eiffel o amanecer en Montmartre han logrado erigir París como uno de los recodos más románticos del mundo.
Podría estar sonando ‘La vie en rose’ de Edith Piaf al piano de una ‘brasserie’ cualquiera, podríamos encontrar nuestras miradas entre tragos de Pinot Noir o perdernos entre los callejones del barrio Latino parisino, sin embargo, nada de esto sería necesario para comprender que París, que “siempre enseña los dientes”, como escribiría Victor Hugo, es ese lugar en el mundo donde encontrarse, dejarse querer y amar como nunca antes se ha hecho: a corazón descubierto, reivindicando la paz de saberse correspondido y con el miedo de perderlo todo en un suspiro encerrado en el puño.
Para todos los gustos
Barrios bohemios, coquetos rincones, arte y vanguardia llenarán tus días en pareja. Si aún te lo estás pensando, como consejo, Soyde. te recomienda el atardecer desde las escalinatas del Sacre Coeur; asistir a un espectáculo de cabaret en el icónico número 82 de la ‘rue’ Boulevard de Clichy, donde aún late el Moulin Rouge; o un picnic en cualquier parque o jardín de la ciudad, mi favorito, siempre, en la explanada del corazón de París, ‘Les Invalides’. ¡No os arrepentiréis!
Amor y lujuria, aunque a menudo van de la mano, recrearán la inimitable ‘Tú a Londres y yo a California’; esta vez, tomarán direcciones diferentes
Ámsterdam
Quién, huyendo del amor romántico, de las parejas que no dudan en mostrar su cariño con actos empalagosos frente a quienes disfrutan -o no- de su soltería, no ha dudado en hacer las maletas y evadirse allí donde la lujuria, el desenfreno y la fiesta hacen olvidar a cualquiera.
Detrás de los vidrios las mujeres saludan coquetas: visten ropa interior, son preciosas, sonríen y hacen señas con el dedo índice, como quien invita a pasar. Los ‘coffeeshops’, nublados por un humo olor marihuana y luces de neón incitan a entrar, al disfrute, a la fuga de cerebros. Bajo el lema ‘hagan lo que quieran, siempre y cuando no molesten a nadie’, Ámsterdam ofrece algo más que un respiro. De carácter irreverente, naturaleza de contrastes y un espíritu adelantado a su tiempo, la capital de los Países Bajos inspira a viajeros de todos los lugares del globo.
Barrio Rojo
“En el Barrio Rojo, rincón de perdición, hay una escalera hacia el cielo”. Quizás, es un buen lugar donde confesar los ‘pecados’ que minutos antes hayas podido cometer en los rincones que tejen uno de los distritos más visitados de toda Europa.
Ubicado en el corazón de la capital, mantiene desde hace siglos una estrecha relación con la prostitución. Ya en el siglo XVII el barrio era lugar donde se ejercía el ‘oficio más antiguo del mundo’; sin embargo, fue en el año 1911 cuando se reconoció la legalidad de esta actividad. Desde entonces, y hasta nuestros días, el Barrio Rojo se consolidó como el barrio del placer de lo prohibido.