Amanda Avilés
@AmandaCoconutt
Evolución. Quizá ese podría ser el apellido más acertado para el nuevo trabajo de Andrés Suárez. Octavo disco de estudio, pero primer homónimo. Sí. A contracorriente de lo que se suele hacer en la industria, el gallego ha esperado más de 10 años para bautizar a uno de sus hijos con su nombre propio. No es baladí. “Es la primera vez que el cien por cien de las canciones las voy a tocar en directo”, dice, a lo que se suma su profundo orgullo. “No cambiaría ni un acorde, y también es la primera vez que me pasa eso”.
El de Pantín lanza este ‘Andrés Suárez’ (2020, Warner Music) en medio de una pandemia, con madre enfermera y amigos cercanos igualmente dedicados a la Sanidad. Su preocupación no ha sido poca. De la situación vivida, solo pediría a los políticos “salir suplicando perdón de rodillas y dimitir por el numerito que nos han dado, por la falta de luto y de respeto”. Para sobrellevarlo, se aferró al humor. “Me hizo llorar de la risa cuando tenía ataques de pánico pensando que mi madre se podía contagiar”.
Ahora, con el mar un poco más en calma (advierte, “esto no pasó”), comienza la promoción de un álbum en el que la producción de Tato Latorre y Toni Brunet ha llevado a otra esfera su música. Un lugar desconocido hasta para él, pero en el que hemos descubierto un Andrés Suárez valiente, sin techo y sin freno. Si es que alguna vez hubo alguna duda.
Adiós a la zona de confort
‘Andrés Suárez’ (el disco) es una demostración de todo lo que se puede llegar a ser cuando nos atrevemos a sacudir los miedos. Producción, composición, voz, estética. El disco que Suárez se ha marcado es una joya para los sentidos y una lección para sí mismo. “No trato de vendértelo a nivel márketing, pero yo estudié todo lo que pude para el examen”, dice, entre risas, asegurando que el agotamiento del año que ha costado verlo hecho realidad es directamente proporcional a la paz que siente con el resultado. “No pude cambiar más acordes, letras, volver a empezar, borrar… Yo llegaba exhausto a la cama. Ahora, aquí lo tienen: ustedes mandan”. Porque, eso sí, hay algo que jamás cambiará en el gallego: su profundo respeto al público. “El jurado decide, y gana siempre”.
El ‘cantaurock’, como alguna vez se ha definido, nos habla especialmente de la producción, y se le iluminan los ojos. “Tato y Toni son dos genios y, como todo genio, humildes”. Su dualidad le ha hecho navegar por sonidos más arriesgados, como pueda ser ‘6 de la mañana’ (corte 2) o ‘Propongo’ (cierre del disco), hasta volver a su bálsamo más habitual: véase ‘Un solo día' (9).
Me siento profundamente orgulloso de haberme atrevido a salir de la zona de confort
“Un productor es un tipo que se sube a una barca y te dice “yo sé que quieres llegar ahí, pero no te voy a llevar por tu zona de confort”, y, a lo mejor, soy la suma de los dos”. Una apuesta que, conociendo a su público, podría haberse ahorrado para seguir cosechando éxito ‘fácil’. “Yo sé cómo agradar a quienes venían a verme hace 15 años a Libertad 8 (que es guitarra, voz y violín), pero no dormiría tranquilo por las noches”. A riesgo de que le acusen de ‘perder esencia’, el gallego tiene clara la respuesta: “esa no se ni yo cuál es”. “Es la que habita, la que frecuenta, el amor, el desamor, si estoy bien o mal… es el momento vital. Ahora, mi esencia es esta”. Y, añade, “me siento profundamente orgulloso de haberme atrevido a salir de la zona de confort”.
Dentro del cambio, ha mantenido algo crucial: al bandón (Marino Sáiz, Luismi Baladrón, Andrés Litwin y dos nuevos fichajes: Javier Pedreira y Cristina Rubio). También gigantes en el disco. “Llevo con esta gente 12 años, yo no trabajo con mercenarios”.
Homenajes en vida
El lanzamiento de este ‘Andrés Suárez’ ha sido, como poco, extraño. Especialmente cuando presentas al público un disco tan tuyo. “En el planeta Tierra que yo conocí, ibas a firmas de discos”, vuelve a reír. Andrés, que aplazó la salida del álbum (estaba previsto para marzo y salió a finales de junio), reconoce que echa en falta el contacto físico. “Estoy deseando que, cuando nos veamos, por encima de la mascarilla, los ojos me hablen y me digan: “sí”. La pantalla no tiene ese calor”.
Este homónimo, para él, son “homenajes en vida”. Nos chiva que ‘Calella’ (corte 6) puede ser, quizá, su favorita. “Yo me he cruzado con gente maravillosa, y por qué no decir: oye, gracias de corazón por haber pasado por mi vida”. El primer directo post-confinamiento será el 6 de julio en el mítico Libertad 8. “Julián creyó en mí antes que nadie, y no va a cerrar mientras yo pueda ir a cantar”. La siguiente cita, en el Festival Gigante de Alcalá de Henares (18 de julio). Animal escénico donde los haya, asegura que no puede estar más contento por la vuelta de los conciertos. “Si tengo que cantar con mascarilla y 12 guantes, pues canto”. Solo necesita sus ganas y, a poder ser, “una cervecita fría antes de entrar”.