Amanda Avilés
@AmandaCoconutt
“Es complicado”, dice. Y, sí, lo es. Es muy complicado llevar dos décadas sobre los escenarios y seguir siendo uno de los nombres más reconocidos del panorama musical español. Pero Javier Labandón, por todos conocido como El Arrebato, puede presumir de haberlo logrado. Algo de lo que se siente “muy afortunado” y, sobre todo, siendo consciente de la responsabilidad que supone. “Yo me levanto, cada mañana, con la ilusión de hacer la canción más bonita del mundo, y espero que algún día lo consiga”, se ríe. “Y, si no, pues bueno -vuelve a reír-… esa ilusión me va a mantener vivo, trabajando e intentando dar lo mejor de mí, que es lo más importante”.
Hablamos con el artista a raíz del lanzamiento de su álbum-cumpleaños (a la venta desde el 20 de septiembre), al que ha titulado ‘Abrazos’ (Universal, 2019), en honor a todos los que siente haber recibido durante este tiempo por parte de público, medios de comunicación e industria. “Algunas veces”, explica, “han sido de celebración conmigo”, pero “otras, también, de descanso y de refugio cuando lo he necesitado”.
El Arrebato presentó sus 'Abrazos' en el Hotel Palace de Madrid. Imagen: redacción
“Ser de verdad”
Veinte años después, reconoce no haber conseguido descifrar la fórmula del éxito, pero tampoco ha tenido la intención. Aunque, si tuviera que arriesgarse, diría que, en su caso, “ser sincero creo que puede ser el secreto”. Porque si algo es la música de El Arrebato es “emoción”. “Creo que ahí somos todos muy parecidos, y eso puede hacer conectar”. Le canta, dice, a los momentos que nos hacen recordar que estamos vivos, y si es con la mirada limpia, mejor. “A la gente le importa mucho ‘ser de verdad’, porque necesitan creer en cosas”. “Y tampoco sé hacerlo de otra manera, no es ningún mérito”, puntualiza riéndose.
Yo me levanto, cada mañana, con la ilusión de hacer la canción más bonita del mundo
Una risa que se torna aún más protagonista cuando hablamos del paso del tiempo. “Te cambia la edad” -risa, de nuevo-. Pero, fuera de bromas, tiene claro lo que continúa intacto: “la ilusión y las ganas de subir al escenario”. Algo que describe como una meta fija, porque Labandón es un artista de los de tablas, de los que necesita del público para cargar su batería. “Grabar discos, hacer videoclips, entrevistas… todo eso está muy bien, pero, para mí, son medios para llegar a mi verdadero fin; que es el escenario”.
Como todo, con sus sacrificios. “Lo que peor llevo ahora son los viajes”, explica, “no por cantar, sino por alejarme de casa, de mi familia”. La vida pasa, “y tienes otro tipo de prioridades”. “Antes, uno iba conquistando el mundo, y, ahora, uno lo que quiere es conservar su mundo”.
‘En el último minuto’
Uno de los primeros temas que pudimos escuchar de este ‘Abrazos’ fue ‘En el último minuto’, y, durante la conversación, nos damos cuenta que bien podría aplicarse como resumen a la trayectoria de Labandón. “Yo iba a dejar la música en el año 98, porque pertenecía a un grupo (Piel Morena) que se deshizo, y me quedé un poco perdido”, cuenta. “Había montado un videoclub, que se llamaba Charlotte, y tenía otras expectativas de vida, cuando apareció Dioni, del grupo Camela”. En ese momento, la vida del artista giró 180 grados. “Le entregué mi maqueta y me echó un cable maravilloso. Consiguió que, en el último minuto, Javier Labandón se convirtiera en El Arrebato”.
‘Abrazos’ arrancó su gira el 27 de septiembre en Bilbao, y continúa como la “gran celebración” que es. “Vamos a hacer un recorrido por toda mi carrera, con argumento, con compañeros ('Abrazos' cuenta con colaboraciones como la de Miguel Poveda, Pastora Soler o El Barrio) y con sorpresas”. El Arrebato vuelve a su casa, al escenario, para, ahora más que nunca, “disfrutar de todo lo que me ocurre” y, sobre todo, “ser consciente de cada momento” porque, al final, “la felicidad es darnos cuenta de que lo somos”.