Trece de los equipos donados por la Fundación Amancio Ortega ya se encuentran funcionando en la Comunidad de Madrid. En total han sido 23 los equipos donados, pero se necesita tiempo para poder instalarlos todos.
La mayoría de los aparatos donados precisan de obras para poder comenzar a funcionar, además, “están esperando la licencia del Consejo de Seguridad Nuclear”, explica a Efe el director general de Infraestructuras Sanitarias, Alejo Miranda. Las previsiones dictan que para fin de año Madrid tendrá 18 equipos oncológicos en funcionamiento.
Las donaciones de Amancio Ortega, por un valor de 46,5 millones, suman a la Comunidad de Madrid tres TAC de 4D para La Paz, el Gregorio Marañón y el Ramón y Cajal, además de cuatro braquiterapias de alta tasa en los hospitales Clínico, Puerta de Hierro y Doce de Octubre.
La donación también incluye dos aceleradores lineales de altas prestaciones en el Marañón y el Ramón y Cajal, y cuatro aceleradores de prestaciones especiales en los hospitales de Fuenlabrada, Clínico, Marañón y Ramón y Cajal, este último para radiocirugía intraoperatoria.
El tiempo de implantación de los equipos varía, ya que los aceleradores lineales llegan a pesar hasta 3 toneladas y precisan obras para su instalación, además de fuertes medidas de seguridad.
El resto de equipos, entre ellos un acelerador lineal de prestaciones especiales en el 12 de Octubre, estarán funcionando a mediados de 2020.
Según recoge La Vanguardia, la condición del convenio con la Fundación Amancio Ortega es que “todos sean para tratamientos oncológicos. Y la fundación no ha donado los equipos directamente sino en función de una planificación con criterios asistenciales y necesidades: a qué hospitales van y qué condiciones deben tener”, decisiones todas ellas tomadas “de acuerdo con los equipos de radiofísica y radiocirugía de cada hospital”.
De los trece aceleradores, nueve son de “un altísimo nivel, de prestaciones especiales, y cuatro de altas prestaciones. Estamos muy agradecidos, nos ha permitido hacer esta apuesta tan importante para el tratamiento de lesiones tumorales. Consideramos que para tener la mejor sanidad pública también hace falta la colaboración privada a través de donaciones”, concluye Miranda.