La Policía Nacional hallaba el pasado jueves a una menor de tres años y a su padre de 47 muertos en un domicilio de la calle Amparo, cerca del metro de Lavapiés, en el distrito centro de Madrid. La menor habría sido asesinada por su padre, quien posteriormente se suicidó. La principal hipótesis apuntaba en esa dirección, lo que supondría un caso de violencia vicaria. Y así lo ha confirmado hoy la Delegación de Gobierno responsable en esta materia.
La madre de la niña contactó con la Policía el jueves a las 21:15 horas, tras no poder comunicarse con el padre de la menor. Acudió al domicilio, en el que veía luz, pero seguía sin poder localizarlos. Cuando los agentes entraron en el domicilio solo pudieron confirmar los cuerpos sin vida. Según las investigaciones, los padres de la niña estaban en trámites de separación y ya no vivían juntos.
Algunos residentes en la zona presenciaron esa anoche el revuelo de coches policiales en la pequeña calle y fueron testigos incluso del momento en el que, ya de madrugada, sacaron los cuerpos de los fallecidos de la vivienda. Según testimonios de vecinos, la madre, tenía un piso en el portal de enfrente y era vista con frecuencia cuando sacaba el cochecito de la pequeña de uno de los trasteros.
Tras la oficial identificación de los cuerpos, se sabe que Julien Charlon era el nombre del padre de la niña, quien la asesinó. Trabajaba como fotógrafo en la Casa Encendida, una institución que ha mostrado sus condolencias, condena y el duelo por lo sucedido.
El asesino trabajaba como fotógrafo en La Casa Encendida.
La Delegación del Gobierno ha confirmado el crimen como un caso de violencia machista. De este modo, el número de menores asesinados por violencia vicaria este año ascendería a siete (44 desde 2013, cuando se empezaron a recopilar datos).