En total tres laboratorios han sido desmantelados por la Policía Nacional, dos de ellos en las localidades madrileñas en Villaviciosa de Odón y Valdemorillo y uno en la localidad toledana de Viso de San Juan. Doce miembros de la banda que conformaba estos laboratorios, con capacidad de producir entre los tres 500 kilos de cocaína al mes, han sido detenidos.
La droga se camuflaba en plásticos
La Policía Nacional ha intervenido un total de 30 kilos de pasta base de cocaína, más de 80 garrafas de 25 litros de productos químicos para la extracción de clorohidrato de cocaína (aproximadamente 3.000 litros), 600 kilos de pellets impregnados y todo el utillaje necesario para su manipulación, según han informado en un comunicado.
La investigación se inició a finales del año pasado y ha constado de 11 registros, logrando desarticular plenamente la organización. El inicio de esta investigación surgió al detectar a unos individuos manipulando garrafas de productos químicos, empleados en la extracción de cocaína, mientras practicaban la vigilancia sobre otra organización. Según han informado, camuflaban la droga en plásticos indetectables en cualquier aduana.
Todo apunta a que los cabecillas de la banda eran los abuelos y padres de una misma familia y contaron con la colaboración de tres especialistas en extracción de cocaína que viviendo expresamente de Sudamérica para realizar la manipulación del estupefaciente. La producción de los tres sumaba 500 kilos al mes, repartiéndose la producción entre los tres núcleos. El laboratorio de Viso de San Juan se ocupaba de producciones intermediarias de 50 a 100 kilos y el de Villaviciosa de Odón al corte y manipulación de cantidades inferiores a 10 kilos.
En el chalet de Valdemorillo se encontraban los especialistas que se encargaban de extraer el estupefaciente, tres varones colombianos que se habían trasladado desde Sudamérica
Tenían una nave con material para seguir produciendo
El primer laboratorio que identificó la Policía fue el de Viso de San Juan, lo que les llevó a identificar el cabecilla de la organización, un varón de origen colombiano asentado en un chalet de lujo en Villaviciosa de Odón. Tras ello, se pudo comprobar cómo la organización derivó parte de la carga hasta una nave de Alcorcón, después trasladado a un chalet aislado en la zona de Valdemorillo.
En el chalet de Valdemorillo se encontraban los especialistas que se encargaban de extraer el estupefaciente, tres varones colombianos que se habían trasladado desde Sudamérica expresamente para realizar estos encargos y que trabajaron durante diez días sin salir del laboratorio. Antes de concluir este cometido, los agentes realizaron la intervención y lograron desarticular plenamente la organización. Además, se pudo comprobar que la organización poseía una nave con cerca de 2.000 sacos de material para seguir produciendo cocaína.