La foto fija y hallazgos de esta cohorte nacional, que analizó los primeros 4.035 pacientes con COVID-19 ingresados desde el inicio de la epidemia hasta el 17 de marzo de 2020, mostró que la edad media fue de 70 años y el 25% tenía más de 80 años. El 61% eran hombres. Más del 70% tenía alguna enfermedad subyacente y más del 25% padecía al menos tres enfermedades de base. Las más frecuentes fueron hipertensión arterial, cardiopatía crónica, diabetes, EPOC y obesidad.
Existencia de 17 variables que se asociaron con mayor riesgo de muerte
Los síntomas más comunes fueron fiebre, tos, malestar general y dificultad para respirar. Durante la hospitalización, uno de cada tres pacientes desarrolló síndrome de distrés respiratorio agudo, el 18,5% ingresaron en UCI y el 15,5% fueron sometidos a ventilación mecánica. Fallecieron el 28% de los pacientes y la muerte ocurrió como media 10 días después del ingreso. La mortalidad fue del 59,3% en los pacientes con distrés respiratorio, del 54.9% en aquellos con edad igual o superior a 80 años, del 47,7% en aquellos que tenían tres o más enfermedades subyacentes, del 45,7% de aquellos sometidos a ventilación mecánica y del 42,4% de aquellos ingresados en UCI.
El análisis estadístico, que ha sido publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection, ha puesto de manifiesto la existencia de 17 variables que se asociaron con mayor riesgo de muerte, el más determinante de los cuales fue la edad. También se asociaron con mayor riesgo de muerte el sexo masculino, la presencia de algunas enfermedades subyacentes (hipertensión arterial, obesidad, cirrosis hepática, enfermedad neurológica crónica, cáncer activo y demencia), algunas características clínicas como dificultad respiratoria o disminución de la conciencia, la baja oxigenación de la sangre y algunas pruebas de laboratorio como el cociente neutrófilos/linfocitos y la función renal.
Del estudio hay que resaltar que no hubo diferencias en la mortalidad ajustada por gravedad entre las diferentes zonas geográficas, lo que habla a favor de la homogeneidad en la calidad asistencial en el país. Hasta la fecha, se han publicado tres cohortes nacionales de pacientes hospitalizados con COVID-19, dos de China y una del Reino Unido. En todas ellas se hizo una descripción más o menos pormenorizada de los pacientes, la enfermedad y la evolución; sin embargo, en ninguna de las tres se examinó el papel de las pruebas de laboratorio en el pronóstico de la enfermedad.
Comité Científico
COVID-19@Spain cuenta con un Comité Científico integrado por investigadores clínicos de varios hospitales españoles como el Hospital Gregorio Marañón, el Hospital La Paz y el Hospital Infanta Leonor de Madrid; los Hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla y el Hospital de Bellvitge en Barcelona. El comité cuenta además con investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y de la Fundación SEIMC-GeSIDA.
Los investigadores principales del estudio son el Dr. Juan Berenguer, del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y el Dr. José Ramón Arribas, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz.
COVID-19@Spain fue clasificado por la AEMPS y aprobado por el Comité de Ética de la Investigación con Medicamentos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Toda la información clínica y de laboratorio, así como de los tratamientos, complicaciones y desenlace de la infección se recogió mediante un formulario online creado por los investigadores y alojado en un servidor de la Fundación SEIMC/GeSIDA.
Las variables registradas incluyeron datos administrativos, información epidemiológica y tipo de muestra clínica en la que se confirmó el diagnóstico. También se registraron datos demográficos, enfermedades subyacentes, medicamentos que tomaban los pacientes antes del ingreso, síntomas y hallazgos de la exploración, resultados de las pruebas de laboratorio y de las radiografías de tórax. Además, se recogió información sobre complicaciones durante el ingreso, incluyendo el SDRA. Se registraron todos los tratamientos administrados para COVID-19, el ingreso en unidades de cuidados intensivos (UCIs) y la necesidad de ventilación mecánica.