Las fuentes de agua para beber son elementos del espacio público muy demandados por la ciudadanía y, por ello, el Ayuntamiento de Madrid está realizando un esfuerzo notable para aumentar su número en las calles de la capital. En esta línea, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha anunciado esta mañana que el Consistorio ha comenzado la instalación de un total de 60 nuevas fuentes que se suman a las 2.197 ya existentes en la ciudad. Carabante, que ha estado acompañado por el concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y la concejala del distrito de Chamartín, Yolanda Estrada, ha realizado este anuncio en el parque situado en la calle del Padre Claret, número 4, una de las ubicaciones escogidas.
Carabante ha destacado la importancia de este elemento del mobiliario urbano a la hora de proporcionar agua de calidad a todos los madrileños y a los turistas que nos visitan, especialmente en los meses de verano, proporcionando un alivio frente al calor y, al mismo tiempo, contribuyendo a mejorar el medio ambiente al reducir el uso del agua embotellada y el empleo de botellas de plástico, disminuyendo así la contaminación que produce su fabricación y transporte.
Las ubicaciones elegidas para la instalación de estas 60 nuevas fuentes se han seleccionado teniendo en cuenta las peticiones tanto de las juntas municipales de distrito como de los propios vecinos. Para elegir estos puntos, se ha optado por parques infantiles, instalaciones deportivas básicas y zonas verdes municipales que no contaban con este elemento en sus inmediaciones y están situados en zonas transitadas y, por tanto, al alcance de un elevado número de personas.
Se ha tenido también en cuenta la viabilidad de su instalación y el equilibrio entre distritos, alcanzando a 16 de los 21 distritos de la capital: Fuencarral-El Pardo (nueve nuevas fuentes), Vicálvaro (siete), Puente de Vallecas (siete), Arganzuela (cinco), Latina (cinco), Villa de Vallecas (cinco), Carabanchel (cuatro), Usera (tres), Ciudad Lineal (tres), Villaverde (tres), Tetuán (dos), Moncloa-Aravaca (dos), Chamartín (dos), Hortaleza (una), San Blas-Canillejas (una) y Barajas (una).
Se instalarán tres modelos diferentes: el modelo Metrópolis, para personas; el modelo Estela Mixta Canina, para personas y mascotas, y el modelo Accesible, de granito, que cuenta con dos espacios para beber a diferentes alturas para hacer más fácil su acceso. En todas ellas, se llevará a cabo la ejecución de plataformas accesibles para personas con dificultades de movilidad.
Los trabajos comenzaron en mayo y tienen prevista una duración de ocho meses. La inversión será de 368.000 euros. Estas acciones se alinean con la estrategia municipal de preservación y mejora de las zonas verdes de la ciudad, que cuenta con una inversión total de 101 millones de euros distribuidos en 113 proyectos, 86 de los cuales ya han sido completados.
Las nuevas fuentes se suman a las 2.197 ya instaladas en la capital y serán de diferentes modelos, entre las que destacan las accesibles (con dos espacios para beber a distintas alturas) y las mixtas (que pueden ser utilizadas por personas y mascotas)
Una aplicación que te guía a la fuente más cercana
El Ayuntamiento, a través de la aplicación Madrid Móvil -descargable en Play Store (Android) o App Store (iPhone)- pone a disposición de los ciudadanos una funcionalidad en la que se muestra la situación de las fuentes de agua para beber en la ciudad, indicando la localización de la más cercana, si se encuentra en servicio, así como el recorrido para llegar hasta ella y añade una pequeña reseña histórica en caso de ser considerada como patrimonio histórico.
También se pueden conocer los datos de las fuentes de agua para beber a través del Portal de Datos Abiertos del Ayuntamiento. La información se actualiza diariamente desde la aplicación Mint (Madrid Inteligente) y a través de ella se pueden visualizar todas las fuentes de agua para beber de la capital.
La ciudad cuenta con un total de 2.197 fuentes de agua para beber, a las que se añadirán las 60 nuevas que se están instalando situadas en zonas verdes y vías públicas de los distritos. Actualmente, se encuentra en servicio el 91,8 %. En el 8,2 % restante, se están realizando trabajos de reparación o mantenimiento.
Las fuentes son revisadas mensualmente. Se llevan a cabo labores de limpieza, desinfección, comprobación del sistema hidráulico, del desagüe y de todos los elementos que las componen. Además, se realizan trabajos de acondicionamiento en aquellas que pueden presentar problemas de acometida de agua potable o de adaptación a la normativa de accesibilidad. Los vecinos, pueden, a través de Avisos Madrid, comunicar cualquier incidencia sobre averías o desperfectos en las fuentes.
Una parte de la historia de Madrid
Las fuentes públicas no solo han proporcionado agua potable a los habitantes de las ciudades a lo largo de la historia, sino que también han sido testigos de la evolución urbana, social y cultural. Han servido como puntos de encuentro y lugares de interacción social, siendo centros de la vida en los núcleos urbanos.
Algunas no solo destacan por su antigüedad, sino también por su diseño, su importancia en la vida cotidiana de los ciudadanos y su papel en el desarrollo y la identidad de Madrid. Una de las más antiguas de la capital es la Fuentecilla del Leal, ubicada en la calle Toledo, en el distrito de Centro, que fue concebida desde su construcción como monumento conmemorativo de la restitución del rey Fernando VII, tras la invasión francesa de las tropas de Napoleón. Entró en funcionamiento en 1815.
En el número 1 de la calle de San Justo nos encontramos con la Fuente de Puerta Cerrada, que data de 1850 y es obra del arquitecto Martín López Aguado, aunque según Mesonero Romanos es de 1859. En este lugar, se hallaba la Puerta de la Culebra en la antigua muralla de Madrid, después llamada Puerta Cerrada por haber estado tapiada largo tiempo, dada la peligrosidad del lugar con continuos asaltos nocturnos.
La calle de Mesón de Paredes, en el número 48, acoge la Fuente Cabestreros que originalmente se surtía del viaje de agua del Abroñigal Bajo, uno de los cinco principales que daban servicio a Madrid hasta mediados del XIX. Durante la Segunda República, esta fuente fue conectada a la red del Canal de Isabel II, que acabaría por sustituir completamente a los antiguos viajes. Fue inaugurada en 1934 en su configuración actual.