El Ayuntamiento de Madrid pone en marcha el plan de renovación del pavimento de 266 calles, pertenecientes a los 21 distritos de la ciudad, a partir del próximo mes de agosto. Los trabajos, que serán ejecutados por el Área de Obras y Equipamientos, mejorarán una superficie de más de 634.000 metros cuadrados gracias a una inversión de 12 millones de euros, aprobada en el Pleno Municipal.
Tras la ejecución de un plan de choque en años anteriores con el que se asfaltaron hasta 3.000 calles, un tercio de los viales de la capital, las campañas recuperan, a partir de este año, unas dimensiones más normalizadas que requerirán un menor esfuerzo inversor y, por tanto, supondrán un menor impacto en el día a día de la ciudad.
Los trabajos de este año, que se extenderán hasta mediados de otoño, tienen por objeto renovar los pavimentos de las calzadas con criterios de sostenibilidad. Con la ejecución de estas actuaciones, se mejorará la comodidad y seguridad de los usuarios, se disminuirán los niveles sonoros de rodadura y se reducirá la contaminación del aire. Asimismo, se preservará el patrimonio municipal viario, evitando así deterioros que, en caso de no intervenir, obligarían a una renovación completa del pavimento y, por tanto, a una inversión mucho mayor. Así, entre los criterios para priorizar las calzadas a rehabilitar, están el nivel de obsolescencia de las mismas y la intensidad media de tráfico que soportan.
Las obras mejorarán una superficie de más de 634.000 metros cuadrados
MEZCLAS ASFÁTICAS MÁS SOSTENIBLES
La campaña de este 2023 supondrá la utilización de alrededor de 75.000 toneladas de asfalto, siendo mezclas asfálticas más sostenibles frente a las mezclas en caliente tradicionales.
Por un lado, más de la mitad del material utilizado serán mezclas bituminosas semicalientes, cuya fabricación y puesta en obra se realiza a una temperatura de unos 30ºC inferior a las mezclas en caliente tradicionales. Se trata de un sistema por el que la mezcla se fabrica con aditivos o técnicas que reducen la viscosidad del betún y permiten fabricar las mezclas a menor temperatura, si bien con características mecánicas y de durabilidad similares a las tradicionales.
Una de las principales ventajas es que, en su fabricación, se reducen las emisiones de gases contaminantes, como el CO2 y el SO2, y los compuestos orgánicos volátiles. Además, se reduce la exposición de los trabajadores a humos, hidrocarburos y olores. A ello, hay que añadir que la menor temperatura reduce el consumo energético entre un 11% y un 5% y permite trabajar a temperaturas ambientales menores.
Finalmente, sobre un tercio del total de la superficie pavimentada, se aplicará un tratamiento descontaminante fotocatalítico de alto rendimiento que permitirá la eliminación de alrededor de 4,2 kilogramos de NOx al año, lo que equivale a eliminar la contaminación producida por 42.000 vehículos diésel al año.