El pasado viernes, el Banco Santander convocó una junta general de accionistas a puerta cerrada en la Ciudad Financiera (Boadilla de Monte). La entidad ha suprimido el pago de los dividendos del año pasado (2019) y de este 2020 para contar con el máximo capital posible, cancelando incluso el pago del dividendo complementario de 2019, previsto para este mes de mayo. También ha aplazado la decisión sobre la política de dividendos de 2020, ya que este año no habrá dividendos hasta que no se cuente con los resultados de cierre del ejercicio.

El Banco Santander asegura que habrá otra reunión de accionistas prevista para el 30 de octubre, y en función de la situación, se aprobará o no el reparto del dividendo de 2019 y 2020. “Soy consciente de que para muchos miles de personas que valoran de manera especial el dividendo, esto no es una buena noticia y puede suponer mayor presión financiera en un momento ya de por sí malo. El consejo y yo misma tenemos que considerar, al tomar este tipo de decisiones, el interés general de todos los accionistas, pero también de la sociedad en su conjunto, y actuar velando por la sostenibilidad del grupo y las indicaciones del supervisor”, declara Ana Botín, máxima ejecutiva del Santander.

Al no contar con los dividendos, el Santander ha aumentado la posibilidad de proporcionar créditos mayores. También se ha creado un fondo común de 100.000 euros por parte de la Comisión Europea para proteger el empleo y apoyar a los empresarios. “Apoyando a las empresas y a las familias ahora, ayudaremos a la economía a recuperarse más rápido, a las personas a volver a sus trabajos y a generar el crecimiento que impulsará nuestro negocio y generará retornos a nuestros accionistas en el futuro”, afirma Ana Botín.