Los clientes han podido volver esta semana al centro comercial Palacio de Hielo de Madrid que, como tantos otros, ha recuperado su actividad comercial en la fase 2 de la desescalada. En este caso, la vuelta a la ‘normalidad’ de este recinto deja un sabor agridulce, pues lleva a cuestas el triste recuerdo de haber sido una de las imágenes de la pandemia del coronavirus que ha asolado a nuestro país durante los últimos meses.
El conocido Palacio de Hielo de Madrid transformó su pista de patinaje en una morgue provisional para fallecidos por COVID-19 el 23 de marzo debido al colapso de los servicios funerarios en el pico de la pandemia y funcionó como morgue hasta el 22 de abril, llegando a albergar casi 1.200 cuerpos de víctimas de coronavirus, convirtiéndose así en un símbolo de la tragedia.
Este depósito, gestionado por la Unidad Militar de Emergencias (UME), con la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Madrid, fue de vital importancia durante las semanas más duras de la crisis sanitaria, cuando las muertes diarias superaban el centenar de decesos.
Para muchos es difícil de olvidar y, es por ello, que la vuelta a la ‘normalidad’ de este centro comercial está siendo pausada; nada tiene que ver con el bullicio y las colas que se podían contemplar días antes de la crisis sanitaria. El centro comercial tardará unas semanas en recuperar todas sus actividades, salvo la pista de hielo, lugar de descanso para las víctimas del COVID-19 durante los momentos más críticos de la pandemia, que no abrirá hasta después del verano.
La pista de hielo, lugar de descanso para las víctimas del COVID-19, no abrirá hasta después del verano
MEDIDAS
Además de la desinfección 'profunda' que se ha realizado en todo el edificio, Bermúdez de Castro, presidente de Equidosa, explicó que en las instalaciones que se transformaron, a petición del Ayuntamiento de Madrid, en un depósito de cadáveres se han llevado a cabo dos grandes desinfecciones, una después de albergar la morgue y otra "haciendo la puesta a punto, como todos los veranos". Por ahora, el que ha sido uno de los símbolos de la pandemia trata de recuperar el ritmo perdido. Carteles y señales que indican la distancia de seguridad y dispensadores de gel hidroalcohólico en cada local regirán su regreso a la 'nueva normalidad'.