Olga Khokhlova es conocida por ser la primera esposa del pintor Pablo Picasso, pero también por su trayectoria como bailarina de ballet en la compañía de Serge Diaghilev. Fue durante esta etapa en la que conoció a Pablo Picasso, con quien posteriormente se casaría y convirtiéndose en la primera musa del pintor. Esta relación entre la bailarina rusa y el pintor español se recoge en la exposición ‘Olga Picasso’ del CaixaForum de Madrid bajo la perspectiva de Khokhlova, mostrando su influencia en la pintura de Picasso y la correspondencia que mantuvo con su familia durante el periodo de la Revolución Rusa. Esta exposición estará disponible hasta el 22 de septiembre.
La melancolía y maternidad
Pablo Picasso y Olga Khokhlova se conocieron en el año 1917 durante la gira en Roma de los ballets rusos de Diaghilev. Desde el año 1909 los ballets rusos contaron con una gran popularidad en la escena cultural de París, extendiéndose posteriormente por toda Europa. Además de la danza y la música, estos ballets destacaban por sus decorados, normalmente artistas con renombre. Picasso se encontraba, precisamente, trabajando en los decorados para esta gira italiana.
Aunque su carrera como bailarina no era especialmente destacada, comenzando en ella a sus veintiún años, Olga interpretó hasta diez papeles en ese mismo año 1917 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona. Sin embargo, pese a ser invitada a la gira por Sudamérica, ante la insistencia del pintor, Olga permanecería al lado de Picasso y dejaría su carrera como bailarina.
Picasso también sufrió una transformación artística, dejando de lado el cubismo para volver a la figuración. Este período, posteriormente, sería conocido como el neoclasicismo de Picasso o ‘periodo Olga’. En la exposición del CaixaForum podemos ver la representación de la bailarina, melancólica, sentada, leyendo o escribiendo en un momento que destaca por su correspondencia con su familia durante la Revolución Rusa. Olga provenía de una familia aristócrata de Nizhyn, ciudad que actualmente pertenece a Ucrania pero que en ese momento estaba inserta en el Imperio Ruso, por lo que se vieron envueltos en una situación trágica.
El 4 de febrero de 1921 nacería el primer hijo de la pareja, Paul, un hecho que transforma la imagen de Olga en las pinturas de Picasso hacia un arquetipo de maternidad y composiciones tiernas y coloridas.
Olga interpretó hasta diez papeles en ese mismo año 1917 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona
La imagen transformada por el desamor
Poco parece quedar de la delicada y melancólica mujer del principio o de la madre que Picasso veía en Olga al final de la relación de ambos. Si bien la relación ya mostraba síntomas de toxicidad, fue en 1927 cuando todo empeoró con el encuentro de Picasso con la que sería su amante, Marie-Thérèse Walter. Olga ya no es la misma en los cuadros del pintor, tomando una imagen con expresiones violentas.
Además de estas obras, que describen esa transformación de la imagen de Olga para Picasso a través de la crisis provocada por las infidelidades del artista, la muestra también cuenta con una importante selección de archivos personales de Olga Khokhlova que contextualiza la historia de este matrimonio y la propia figura de la bailarina en la relación tumultosa de ambos artistas.