El Plan Reside de Madrid vuelve a ser protagonista en la ciudad. Esta vez, tanto Más Madrid como el Partido Socialista han presentado alegaciones a este Plan del ayuntamiento, que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, define como una medida para “poner el acento en crear vivienda”. Sin embargo, Reyes Maroto, la portavoz socialista, no comparte las ideas del alcalde y lo define como el “Plan Especula”. Aunque no ha sido la única que le ha puesto nombre, Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, también ha decidido hacer un cambio de nombre y denominarlo “Plan Expulsa”.
Ambas formaciones se han mostrado de acuerdo en que las medidas que han traído el Ayuntamiento de Madrid son “totalmente todo lo contrario a lo que proclama”. Para Maroto, además de que “llega tarde”, ha explicado que “no controla las Viviendas Turísticas (VUT) y no protege los edificios residenciales de los especuladores”. Por ello, desde el Partido Socialistas han sido contundentes y piden “la retirada inmediata y que se redacte uno más ambicioso”. Según ha puesto sobre la mesa la edil, este Plan Reside delimita dos únicas zonas: el centro histórico y el resto de la ciudad, donde para el equipo de Gobierno “todo vale”.
Así, el PSOE ha presentado una serie de propuestas para que se aplique esta normativa para todo el municipio sin distinguir zonas; prohibir todo cambio de uso en cualquier edificio residencial; y establecer límites de densidad máxima para estos usos terciarios que han de regularse mediante un sistema de horquillas por barrios en función de su compatibilidad con el uso residencial y turístico. “No tiene como objetivo recuperar el uso residencial, sino definir un modelo de implantación del uso del hospedaje diferente al actual, donde traslada la presión del centro histórico al resto de los barrios”, añade Maroto.
Rita Maestre, por su parte, considera que “Almeida sirve en bandeja la ciudad a los fondos buitre y abre la veda sin límites a las viviendas turísticas ilegales”, mientras algunos vecinos son “expulsados de sus barrios y Madrid se convierte en un decorado para turistas”.
En cuanto a las medidas que proponen desde Más Madrid son la inadecuación de la zonificación propuesta y sus efectos sobre la cohesión urbana; fomento del cambio de uso frente a la protección de la utilización residencial; conversión de dotaciones privadas en uso residencial y pérdida de equipamientos; falta de rigor en la información económica aportada; y la tramitación paralela a normas de rango estatal o sectorial.
La preocupación por los pisos turísticos también ha estado presente en ambos discursos. Mientras Maroto insiste en “el cierre inmediato de las 15.000 viviendas de uso turístico (VUT) que operan sin licencia en la ciudad y en que el Ayuntamiento debe hacer cumplir la legalidad vigente”, Maestre se preocupa por las nuevas VUT que pueden aparecer: “podría llegar a haber hasta casi 40.000 nuevas en la ciudad. De hecho, hay más VUT ilegales que hace un año”.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aunque asegura no tener idea de las alegaciones presentadas por ambas formaciones, ha hecho referencia a que “no son capaces de generar alternativas”. Se pregunta el regidor sí “¿de verdad creen que la vivienda se resuelve con etiquetas, con dos o tres frases ingeniosas?, ¿en eso consiste las políticas de vivienda de la izquierda en Madrid?”.
El primer edil también ha puesto sobre la mesa en que consiste este Plan Reside: “poner el acento en crear vivienda”. Sin embargo, desde el equipo de Gobierno no niegan estudiar las alegaciones de la oposición y ponerlas en marcha si alguna beneficia a la capital.
Con respecto a los pisos de uso turísticos, dice Almeida que “un 30% de turistas duermen en este tipo de alojamiento. ¿La izquierda quiere que perdamos esos turistas? Nosotros no”. Por ello, el ejecutivo municipal posibilita que “edificios de uso exclusivo, donde no se molesta a los vecinos, sí pueda haber alojamientos turísticos que respondan a esa demanda”. Concluye, así, que el Plan Reside combina la generación de vivienda en la ciudad consolidada y, al mismo tiempo, permite que haya una regulación que impida que los vecinos en comunidades de propietarios tengan que soportar las molestias que originan las viviendas de uso turístico y que, además, los turistas sigan viniendo a Madrid.