El soterramiento de la A-5 es una de las medidas que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ya ha planteado entre el conjunto de acciones para levantar y modificar infraestructuras en la capital de España.
Un plan previsto desde 2009
Si se lleva a cabo el soterramiento de dicha autovía, se estará llevando a término una infraestructura que estaba prevista desde el año 2009 en el denominado Plan Parcial de Reforma Interior de Instalaciones Militares de Campamento, convenio firmado por el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y el Ministerio de Defensa.
Este convenio tenía entre sus objetivos “eliminar la barrera física” que supone la configuración de la A-5. “A partir de la concepción de la A-5 como vía urbana, la ordenación se estructura en torno a dos ejes paralelos, uno a cada lado de la A-5, que se pretende que sirvan de soporte a la actividad urbana” explica el documento de 2009.
Además, el Plan Parcial de Reforma Interior de Instalaciones Militares de Campamento establecía la ejecución de “un túnel en la carretera de Extremadura de 2,6 Km de longitud, desde el actual túnel de la Avenida de Portugal hasta la carretera M-511 a Boadilla, y del tramo de transición en superficie de 640 metros hasta la avenida de los Poblados”.
El proyecto de Almeida reduce el presupuesto y aumenta los kilómetros del túnel
Proyecto de Almeida
A falta de una hoja de ruta definitiva, el proyecto de 2009 podría servir de punto de partida al alcalde. Sin embargo, el Plan de Almeida difiere del convenio anterior en los kilómetros que cubriría el túnel, ya que de los 2,6 planteados en 2019, se pasan a los 3,8 propuestos por Martínez-Almeida en el proyecto que presentó en las elecciones municipales. Estos 3,8 kilómetros que se pretenden soterrar se extienden desde la avenida de Portugal hasta el cruce con la avenida de los Poblados.
Además del túnel, el proyecto incluye tres carriles por sentido y una zona peatonal de alrededor de 80.000 m2, con áreas verdes, que unirá los barrios de Cuatro Vientos y Batán. El proyecto presentado por Almeida estimaba un coste aproximado de 180 millones de euros, una cifra inferior a los 617 millones que se estimaron en 2009.
A pesar de las similitudes, el actual proyecto de soterramiento de la A-5 no se puede vincular a la `Operación Campamento´, ni, por extensión, a otras construcciones que preveía el convenio de 2009, como un intercambiador o un aparcamiento disuasorio. Si se llevasen a término, estos proyectos seguirían un desarrollo diferenciado.