Una ocasión única se nos presenta este bicentenario del Museo del Prado. En una misma exposición podremos admirar a grandes nombres de la Historia del Arte. ‘Velázquez, Rembrandt y Vermeer. Miradas afines’ es una exposición para la comparación y el punto de vista crítico del espectador, además de tener la oportunidad de ver grandes ejemplos de la pintura de estos artistas.
La exposición se inauguró el pasado lunes, a cuyo acto acudieron el ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, acompañado de Felipe VI. La comitiva realizó un recorrido por toda la muestra, guiados por el propio comisario de la misma, Alejandro Vergara. Al final de la visita, Guirao obsequió al rey Felipe VI con el catálogo de la exposición.
Reflexión a través de la mirada
Este ambicioso proyecto ha sido llevado a cabo con el patrocinio de la Fundación AXA y la colaboración especial del Rijksmuseum de Ámsterdam, que alberga una gran colección de pintura holandesa y española de finales del siglo XVI y del XVII. Estará disponible hasta el 29 de septiembre de este año en el Museo del Prado.
Inauguración de la exposición / Ministerio de Cultura y Deporte
‘Velázquez, Rembrandt y Vermeer. Miradas afines’ está compuesta por un total de 72 obras procedentes del Prado, del Rijksmuseum y otros 15 presentadores más, como la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York. A través de ella se nos presenta una reflexión sobre las tradiciones pictóricas de España y Países Bajos a través de artistas clave, entre ellos los que dan nombre a la exposición. Si bien en la época se condecía importancia a las diferencias de cada nación en materia artística, con esta exposición se pretende, precisamente, observar los puntos de unión de los artistas europeos.
Durante el siglo XVII se ha entendido que la pintura española y holandesa estaban tan separada como el abismo que creó la guerra entre ambos países
Un abismo, ¿insalvable?
Durante el siglo XVII se ha entendido que la pintura española y holandesa estaban tan separada como el abismo que creó la guerra entre ambos países. Tradicionalmente se interpretaba el arte de ambas naciones como contrapuesto. Pero, el legado de la pintura flamenca e italiana, que tanta relevancia tuvo para la pintura europea en general, se interpretó tanto en España como en Holanda de manera similar.
Como señalan desde el Museo del Prado “los artistas cuyas obras se muestran en esta exposición no expresan en ellas la esencia de sus naciones, sino que dan voz a ideas y planteamientos que compartían con una comunidad supranacional de creadores”. Es decir, nos une muchas más cosas que las que nos separan, puesto que estas ideas no entienden de fronteras.
Esta es la idea que persigue una exposición que fomenta el pensamiento crítico, siguiendo la estela de una perspectiva reflexiva a la hora de realizar muestras, una tendencia a la que el Prado se ha sumado en varias exposiciones. Más que disfrutar el arte por el arte, se utiliza el arte para reflexionar sobre un tema concreto, con lo que el espectador deja de ser pasivo para sumergirse en esta historia.