La Comunidad de Madrid ha finalizado las obras del nuevo Centro de Salud Las Tablas, ubicado en el distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo, y que se prevé que entre en funcionamiento después del verano. El edificio consta de 4.709 metros cuadrados construidos, y el Gobierno regional ha invertido 13,3 millones de euros para atender a 25.200 vecinos de la zona.
Así lo ha comprobado el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, durante la visita que ha efectuado hoy a este nuevo recurso, donde ha destacado “sus instalaciones modernas, luminosas, espaciosas y con criterios de sostenibilidad medioambiental. Se trata de uno de los mayores dispositivos públicos de Atención Primaria del sistema sanitario madrileño”.
Para su construcción Sanidad ha dispuesto de un solar cedido por el Ayuntamiento de Madrid, situado en la calle Viloria de la Rioja 46. Cuenta con 34 consultas: 12 de Medicina de Familia, cinco de Pediatría, 15 de Enfermería, y dos polivalentes. Además, ofrecerá Unidad de Psicoprofilaxis Obstétrica o Sala de Matrona, de Fisioterapia, y de Salud Bucodental. También dispone de Unidad de Atención al Usuario o zona administrativa, áreas de servicio e instalaciones, y aparcamiento bajo rasante para profesionales.
Es uno de los más grandes de la región, con 34 consultas, Sala de Matrona, unidades de Fisioterapia y de Salud Bucodental
En función de la población, se prevé dotarlo progresivamente con una plantilla de 41 profesionales, 10 médicos de Familia, 6 pediatras, 10 enfermeras, 2 fisioterapeutas, 1 matrona, 1 técnico de cuidados auxiliares de Enfermería, 7 auxiliares administrativos, 1 higienista dental, 1 odontólogo y 2 celadores. Asimismo, se ubicará el Equipo de Soporte de Atención Paliativa Domiciliaria (ESAPD) de la Dirección Asistencial Norte de Atención Primaria.
El edificio se articula en módulos interconectados generando grandes y luminosos espacios, y en el que se ha cuidado la imagen de la fachada al estar rodeado de edificaciones de mayor altura. En este sentido, se han incorporado elementos con ventajas ecológicas como la cubierta ajardinada que actúa como aislante térmico natural y protección de la estructura, mejora la calidad del aire y reduce el impacto acústico y la entrada de contaminantes.