El término Gen IA se ha popularizado enormemente en los últimos dos – tres años. Son las siglas de Inteligencia Artificial Generativa y abarca a todas las herramientas o aplicaciones que echan mano de sistemas de Inteligencia Artificial para generar contenidos o facilitar análisis en la toma y recolección de datos.
Y la realidad es que, lo que hace un tiempo parecía una ventaja competitiva, ahora se ha convertido en una necesidad clave para quienes desean sacar partido del marketing digital. No hay empresa, plataforma o negocio que no esté interesando por estos avances para lograr mejores resultados y mayores interacciones con la audiencia.
Un ejemplo muy claro es el de Mailrelay, la conocida plataforma de email marketing. Este gestor ofrece actualmente la mayor cuenta gratuita del mercado, con la que es posible realizar hasta 80.000 envíos de correos electrónicos al mes y almacenar 20.000 contactos en una única base de datos.
La plataforma, sabedora de que la Inteligencia Artificial es ya el presente en el marketing, incluye un editor con capacidad IA, API de desarrollo y SMTP con estadísticas. Esto, unido a sus anteriores funciones, lo convierte en una herramienta de email masivo fiable que acumula décadas en el sector. En resumen, es un gestor fácil de utilizar, potente y con buena entregabilidad. Además, suma algo que no tienen muchos de sus rivales, un soporte técnico atendido al 100% por personas expertas en email marketing.
Lograr una mejor segmentación a través de la IA
La IA, o la Gen IA, se ha convertido en un aliado imprescindible para la toma de decisiones estratégicas. Con estos programas o aplicaciones, las empresas y emprendedores pueden analizar tendencias, comprobar en qué estado se encuentra el mercado y la competencia y reaccionar en tiempo real frente a los cambios de comportamiento de los consumidores.
Así, a juicio de Alba Cortiella (Social & Content Strategist en Ogilvy Barcelona), el futuro del marketing no pasa necesariamente por aumentar la inversión publicitaria, sino por construir relaciones cercanas que den una respuesta clave a lo que buscan los clientes. Lógicamente, esto se consigue mediante un buen trabajo de segmentación, algo para lo que es imprescindible el apoyo de la IA por su capacidad para acumular y analizar información.
Por suerte, hoy día hay infinidad de escenarios que ayudan a descubrir por dónde se mueven los gustos y necesidades de los clientes: su presencia en redes sociales, el tiempo que pasan navegando en determinadas páginas web, a qué boletines de email están suscritos, qué vídeos son los que visualizan en YouTube o Twitch, etc.
Perseguir la omnicanalidad
Otro concepto que quizás a muchos le suena a invento es el de omnicanalidad. Este término define a la capacidad de las empresas para moverse y hacer llegar sus productos y servicios a través de distintos canales: página web, redes sociales, publicidad en medios, plataformas como YouTube. Muchas empresas están acertando en sus formas de acercarse a los clientes, pues son capaces de hacer llegar la información adecuada a sus clientes jugando con esos canales y seleccionando bien el tono de sus mensajes.
Y no solo eso, sino que la omnicanalidad también hace referencia a distintas estrategias para comunicarse con los clientes. Los chatbots son una muestra de ello. Se trata de agentes virtuales generados a través de Gen IA que resuelven las dudas más comunes de los usuarios. Estos chatbots actúan como las FAQs (Preguntas Frecuentes), pero lo hacen de una forma humanizada e interactiva.
Además, funcionan las 24 horas y tienen la capacidad para personalizar las respuestas. No obstante, su trabajo tiene un límite, es decir, hay dudas que no son capaces de resolver, momento en el que dan paso a la atención al cliente, donde ya el usuario sí atiende sus consultas por parte de una persona especializada en esos asuntos.
¿Qué mensajes hay que lanzar y cuándo hay que hacerlo?
Más allá de la segmentación y conocer las necesidades de los clientes, es importante hacer llegar los mensajes en el momento correcto. Eso lo saben bien los influencers y las marcas, que miden hasta el máximo detalle cuándo lanzar las publicaciones, pues conocen en qué lapsos de tiempo van a recibir más interacciones por parte de su audiencia.
Con el correo electrónico sucede algo parecido. Los lunes y los viernes no son buenos días para realizar envíos, porque hay mucha gente pensando en tareas laborales. Y lo mismo ocurre durante los fines de semana. En cualquier caso, no siempre las jornadas intersemanales ofrecen buenos resultados.
En esta tarea ayuda mucho la Inteligencia Artificial, que gracias a su enorme capacidad de análisis puede descifrar cuál es la mejor hora y el mejor día para enviar un mail o lanzar una publicación en redes sociales. A su vez, la IA posibilita realizar envíos automatizados, ahorrando trabajo a los responsables de marketing y copywriters, para que estos puedan dedicar tiempo a tareas más creativas.