Veintisiete años. Ese es el tiempo que ha pasado desde que los fieles seguidores y seguidoras del exitoso grupo pudiesen disfrutar de su directo sobre un escenario. ‘Mecano’ bajó el telón con su gira ‘AiDalai’ en 1992, en la que hicieron cantar a un país que, gracias a muchos de sus versos, abría su mente y su corazón.
Una formación musical que se convirtió en el himno de muchos, porque ‘Mecano’ fue la muestra de que la protesta llega más lejos sin usar la violencia. La dulzura vocal y gestual de Ana Torroja atravesaba como una daga los pensamientos de una sociedad, aún, demasiado enclaustrada, encerrada en unos tabúes contra los que nadie se atrevía a arremeter.
La artista Robin Torres decidió recuperar, con su poderosa voz, un repertorio que marcó a toda una generación, homenajeando al grupo con un espectáculo que ha bautizado como ‘Hija de la Luna’. Una maravillosa apuesta que arrancó su gira en 2016 y, cuatro años después, pone su broche de oro. Lo hará mañana, 11 de enero, sobre el escenario del WiZink Center de Madrid (como no podía ser de otra forma). Aún quedan algunas entradas, hazte con ellas aquí.
El espectáculo reproduce la escenografía del show original, el vestuario y las marcadas coreografías
Vuelta al ‘universo Mecano’
‘Hija de la Luna’ representa los temas de la gira ‘AiDalai’, pero rescatando, también, grandes éxitos que ‘Mecano’ dejó fuera en su momento. Las canciones son interpretadas respetando totalmente los arreglos originales y la formación musical e instrumental. Además, el espectáculo reproduce la escenografía del show original, el vestuario y las marcadas coreografías.
Uno de los grandes atractivos de ‘Hija de la Luna’ es su fidelidad a ‘Mecano’ en todos los detalles: es una reproducción clonada de mítico grupo que consigue sobrepasar el término ‘tributo’. Robin Torres se encarga, con esmero, de que nadie piense que está viendo un homenaje al pasado. La idea es que el público disfrute de la puesta en escena como si aún llevasen el pelo cardado, las hombreras y el maquillaje estrafalario. La intención es vivir un nuevo presente. Es pensar que los 90 no han muerto, que nunca se marcharon.