David Pérez es una de las personalidades más populares (valga la redundancia) del PP. Conocido por su papel como alcalde de Alcorcón durante dos legislaturas, se colgó el título de ‘influencer’ por sus controvertidas manifestaciones en redes sociales. Tras su paso por la política local por la que confiesa “tengo una cierta debilidad”, da el salto a la gestión regional como consejero de Vivienda y Administración Local, evitando “entrar en polémicas” y disfrutando de un trabajo con el que se siente “muy ilusionado”.
Entre sus principales retos para esta legislatura se enmarca sacar adelante el nuevo Plan de Inversión Regional (PIR), sin olvidarse de saldar las cuentas pendientes con algunos municipios que cuentan con proyectos aún sin ejecutar. Además de las inversiones, Pérez lidera uno de los proyectos más ambiciosos de la Comunidad de Madrid: el Plan Vive.
Predilección por lo local
Su actual posición le exige una gran dedicación porque “hay un volumen de trabajo muy potente”, pero eso no le hace olvidarse de su predilección por lo municipal. Su experiencia al frente de una administración local le ha servido para comprender “los problemas y las dificultades” que experimentan los ayuntamientos, una base fundamental para asimilar las peticiones que ahora le trasladan los alcaldes de los municipios de la región.
Pérez destaca la cordialidad que impera en la relación entre los regidores madrileños y el ejecutivo autonómico “independientemente del signo político”. Un éxito que reside en que “gestionamos la Comunidad de Madrid con una visión de alcaldes y con una perspectiva municipalista”.
Un buen talante que no siempre ha escenificado el actual consejero en Redes Sociales donde se ha granjeado algún que otro ‘hater’, aunque parece que el cambio de aires político ha servido para que se tome las declaraciones de sus detractores con filosofía. “Les ignoro (a los haters) porque uno cuando está en una responsabilidad pública no puede estar pendiente de lo que digan”.
La Comunidad de Madrid construirá 15.000 viviendas en régimen de alquiler para jóvenes en los próximos cuatro años. Su precio será un 50% inferior al precio de mercado
Menos cemento y más corazón
Con la llegada de Pérez, el nuevo Plan de Inversión Regional (PIR) busca un cambio de rumbo. El próximo proyecto dispondrá de 1.000 millones de euros que tenga “una dimensión más humana” en el que cobrará especial protagonismo “ayudar a las personas con discapacidad” con actuaciones dirigidas a la eliminación de barreras arquitectónicas. Este nuevo PIR tendrá un cariz más social, fundamentado sobre todo en que “ya se han hecho muchos edificios y muchas aceras” y, ahora, “nos gustaría trabajar en proyectos que mejoren la formación de los jóvenes”. Pese a la nueva hoja de ruta, el PIR seguirá contemplando la creación y mantenimiento de infraestructuras. “El PIR es un plan de inversión que, necesariamente, tiene que tener un componente de cemento, pero queremos que tenga una parte de corazón”.
La nueva perspectiva apuesta por introducir nuevos criterios que faciliten la gestión de los ayuntamientos, es por eso que no se descarta usar el PIR para dar oxígeno a aquellas administraciones locales que evidencian falta de liquidez y admite que “es una demanda que estamos estudiando”.
Los nuevos proyectos copan una parte importante del trabajo de una consejería que también debe hacer frente a actuaciones pendientes del antiguo Plan PRISMA que “aún colean”. Pérez aboga por analizar la viabilidad de cada uno de los 60 proyectos aún pendientes de ejecución. El consejero prioriza “dar carpetazo” al programa, aunque considera “osado” ponerle fecha.
15.000 viviendas en una legislatura
El Plan Vive contempla la construcción de 15.000 viviendas en régimen de alquiler en los próximos cuatro años. Se trata de viviendas dirigidas a jóvenes que aún no han podido emanciparse por la conjunción de sueldos bajos y un mercado de alquiler desbocado. Aún falta por perfilar cuáles serán los criterios de edad y renta que permitan acceder a unas viviendas que “deberán tener un precio entorno al 50% inferior al precio de mercado”.
El Plan Vive persigue aumentar la oferta de vivienda en la región, sin intervenir directamente en el mercado, poniendo coto a los precios. Una medida intervencionista a la que Pérez se opone.