La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha el nuevo ‘Centro de Crisis 24 Horas’, con objeto de prestar atención especializada a víctimas de violencia sexual de manera continuada los 365 días del año. La consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, ha visitado este recurso público, ubicado en la capital y abierto recientemente, que amplía el servicio que ya prestaba el ‘Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual (CIMASCAM)’ desde 2009. 

Está dirigido a mujeres mayores de edad que hayan sufrido agresión, abuso, acoso o cualquier tipo de violencia sexual en cualquier momento de su vida, independientemente de que hayan interpuesto denuncia o no. La atención se extiende, también, a los hijos menores de edad y familiares dependientes de la usuaria y, por primera vez, pone a disposición a ‘personas de apoyo’ sin relación familiar con la víctima, pero con otro tipo de vínculos (laborales, de amistad o de convivencia) que pueden favorecer su recuperación. 

El equipo de profesionales del centro, formado por psicólogos, abogados y trabajadores sociales, diseñan y desarrollan un plan individualizado para cada mujer, que incluye atención psicológica y social, asesoramiento jurídico para interponer denuncias, asistencia letrada y servicios de procurador gratuitos. También se proporciona información y orientación, de manera telefónica y presencial, sobre los recursos relacionados con la violencia sexual. 

“El objetivo es acompañar a las víctimas, atender a su seguridad, garantizar el ejercicio de sus derechos y, en definitiva, darles todo el apoyo que requieran para ayudarlas a superar estas situaciones de violencia”, ha señalado Dancausa, que ha recordado que la Comunidad de Madrid fue pionera en la consideración de las agresiones sexuales, los abusos y el acoso como merecedoras de protección integral.

 

La red regional cuenta con 55 puntos municipales del Observatorio Regional de Violencia, junto a una treintena de recursos residenciales y no residenciales especializados para atender las necesidades específicas de colectivos: personas con discapacidad intelectual, menores, víctimas de trata, reclusas o mujeres mayores de 65 años. Estos servicios ofrecen programas de apoyo, asesoramiento especializado y ayuda en la búsqueda de alternativas estables que les permitan recuperar sus vidas.

 

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