El estudio llevado a cabo por los investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Centro de Biología Molecular ‘Severo Ochoa’- Universidad Autónoma de Madrid, el IIS La Princesa y el Val D’Hebron Institut de Recerca (VHIR), publicado en la revista EBioMedicine, propone nuevas dianas terapéuticas relacionadas con los mecanismos cardioprotectores endógenos para prevenir el daño miocárdico causado en la restauración del flujo sanguíneo (reperfusión) tras la isquemia (reducción del flujo sanguíneo en el corazón).
Los investigadores se han centrado en evaluar los mecanismos moleculares afectados en las primeras etapas tras sufrir un infarto, algo que es clave para proponer terapias destinadas a reducir las lesiones. El resultado de estas investigaciones ha permitido revelar cambios en los niveles de dos proteínas reguladoras cardíacas (GRK2 y AKT) durante las etapas tempranas de la isquemia-reperfusión miocárdica, que contribuyen a la reducción de la capacidad cardioprotectora.
La mecánica del flujo sanguíneo
El infarto agudo de micoardio, debido a la reducción del flujo sanguíneo al corazón, conocido como isquemia, es una causa importante de muerte y discapacidad. La rapidez con la que se restaure la circulación es clave en estos casos para reducir la mortalidad, por lo que el tratamiento urgente se basa en la restauración del flujo sanguíneo por dilatación de la arteria obstruida (angioplastia) o la administración de fármacos fibrinolíticos.
Sin embargo, estos procedimientos pueden desencadenar un daño miocárdico, que se traduce en una mayor prevalencia de arritmias e insuficiencia cardíaca de los pacientes. La primera autora del estudio, Petronila Penela, ha asegurado que no existen en la actualidad terapias “eficaces” para evitar esta reperfusión, “aunque se han postulado estrategias terapéuticas para impulsar la activación de las cascadas de señalización, como la vía de la quinasa AKT, que parecen desempeñar un papel cardioprotector, y así aliviar parcialmente la lesión por isquemia-reperfusión”.
A través de los resultados de este estudio podría comprenderse la regulación dinámica de las proteínas durante el infarto
Nuevas estrategias
Es precisamente en ese punto en el que se ha centrado el estudio. Con ello, han hallado, en modelos animales, que los niveles de las proteínas GRK2 y AKT experimentan una disminución transitoria en las primeras etapas tras la isquemia-reperfusión. “Estos cambios deterioran la capacidad protectora global de la vía AKT para contrarrestar la lesión cardíaca, lo que conduce a un mayor daño por reperfusión”, indica la Dra. Penela. A través de los resultados de este estudio podría comprenderse la regulación dinámica de las proteínas durante el infarto y contribuir a explicar el debilitamiento de vías cardioprotectoras durante la isquemia-reperfusión temprana, según señalan los propios investigadores.
Estos resultados contribuyen a abrir nuevas vías terapéuticas destinadas a reducir esta lesión, potenciando los mecanismos de cardioprotección endógenos.