Un PSOE y un PP descabezados se la juegan este otoño. Los pesos pesados de ambos partidos afilan sus cuchillos ante lo que parece será una batalla cruenta.
El PSOE-M vuelve a descoserse. José Manuel Franco llegó para ‘coser’ el partido, pero sus intentos han sido infructuosos. Las familias que dividen a la formación han acrecentado las brechas y han llevado a Franco a un retiro dorado en el Consejo Superior de Deportes. Tras su marcha, ¿quién zurcirá a los socialistas? Todo parece indicar que será Juan Lobato. Es el candidato de Ferraz, al que importantes barones socialistas ya le han brindado en público su apoyo. Tiene las de ganar, aunque de sus apoyos no se extraen las verdaderas razones. Guillermo Hita, alcalde de Arganda y, además, presidente de la FMM, apoya a Lobato por el “amplio respaldo” que obtuvo en las elecciones municipales de 2019 en Soto del Real. Un argumento que no se sostiene por sí solo. Javier Ayala, el otro candidato, ha sido el segundo alcalde más votado de la Comunidad de Madrid en un gran municipio. A la luz de este dato cabe preguntarse, ¿puntúa doble si eres el elegido de Ferraz?
Javier Ayala no retrocede y reivindica un proyecto de la militancia (un mantra que ya entonó Pedro Sánchez tras su purga). La traducción es que la agrupación de Fuenlabrada ha ido perdiendo peso en el PSOE-M, pese a ser una de las que mejores resultados electorales obtiene. En la misma línea se encuentran Getafe y Alcorcón, ambas alcaldesas son las principales valedoras de su candidatura. Pese a las malas perspectivas, el alcalde de Fuenlabrada no pierde fuelle.
Parece que Pablo Casado no vería con buenos ojos que Ayuso acapare tanto poder como ya ocurrió con Aguirre, y menos en un contexto en el que se presume que la verdadera oposición a Pedro Sánchez es la de la presidenta autonómica y no la de su jefe, Pablo Casado. ¿Hay temor a que le mueva la silla?
Pero en la otra orilla, el ambiente bélico también se respira. El trono del PP de Madrid se lo disputan Ayuso y Génova. La presidenta de la Comunidad de Madrid se reivindica para asumir el liderazgo de un partido que, desde la salida de Cristina Cifuentes, se encuentra en manos de una gestora. Ayuso ya ha dejado claras sus intenciones, pero en Génova, su propuesta les trae recuerdos de fantasmas pasados. Parece que Pablo Casado no vería con buenos ojos que Ayuso acapare tanto poder como ya ocurrió con Aguirre, y menos en un contexto en el que se presume que la verdadera oposición a Pedro Sánchez es la de la presidenta autonómica y no la de su jefe, Pablo Casado. ¿Hay temor a que le mueva la silla?
Quizá sea este miedo el que ha llevado al tándem Casado-Egea a dar alas a la opción de la tercera vía liderada por algunos alcaldes madrileños, entre ellos, José Luis Martínez Almeida. Su propuesta es que sea Ana Camíns quien asuma el liderazgo de los populares madrileños, diluyendo la influencia de Ayuso.
Los dardos han empezado a volar y las represalias ya se dejan sentir en el seno de ambas formaciones.