“Vuelvo a reiterar la oferta que hace el Gobierno a todos los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Podemos ofrecer muchos más rastreadores militares, y sería bueno para luchar contra el virus”, ha dicho para insistir en la preparación, efectividad y rigurosidad de las Fuerzas Armadas.
Robles ha visitado la sala en la que 12 de los 30 militares destinados en esta unidad realizaban las labores de rastreo establecidas por el protocolo de actuación en el ámbito de la Comunidad de Madrid. Estos rastreadores del Ejército de Tierra forman parte del equipo de más 150 efectivos de las Fuerzas Armadas que están colaborando estrechamente con los servicios sanitarios madrileños para controlar la pandemia.
RASTREO DE LAS FAS EN LA COMUNIDAD DE MADRID
La Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVE) de las Fuerzas Armadas en la Comunidad de Madrid está compuesta por cinco secciones de Vigilancia Epidemiológica, con 30 militares cada una, al mando del comandante Fernando García-Reparaz.
El Ejército de Tierra coordina todas las secciones de la UVE y, de ellas, dos son las que pertenecen a dicho ejército: una está ubicada en el Acuartelamiento de Artillería de Fuencarral, con personal perteneciente al Mando de Artillería Antiaérea (MAAA), y la segunda opera desde la base de ‘El Goloso’, con efectivos pertenecientes a la Brigada ‘Guadarrama’ XII. Por su parte, el Ejército del Aire desarrolla la vigilancia desde las bases aéreas de Torrejón y Getafe, mientras que la Armada opera desde su Cuartel General.
Durante el último mes, la Comunidad de Madrid ha asignado a esta unidad 20.000 casos positivos para efectuar las labores de seguimiento. Tras conversar con los rastreadores sobre sus actividades, el jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica, el comandante Fernando García-Reparaz Pardo, ha detallado a la ministra cómo es la fase completa de seguimiento de un rastreo y cómo se efectúa la integración en los servicios de salud de la comunidad. “Se busca más la calidad que la cantidad de llamadas". “Estamos salvando muchas vidas cortando esas cadenas de contagio”, ha reiterado.
García-Reparaz ha querido destacar de este procedimiento “la importancia” de que los militares generen “confianza y empatía” entre la población para poder controlar la crisis sanitaria más eficazmente y detectar el mayor número de contactos.
A continuación, Robles ha pasado al aula donde se forman a los rastreadores y en la que personal del Ejército de Tierra adquiere los conocimientos y las habilidades oportunas para este cometido. Los militares que reúnen el perfil para realizar estas tareas (conocimientos sanitarios previos, capacidad de comunicación y experiencia durante el primer estado de alarma), reciben formación específica sobre los siguientes aspectos: la enfermedad, la técnica del rastreo y el procedimiento para el aislamiento.
El sistema de rastreo es una de las actividades de apoyo que contempla la ‘Misión Baluarte’, segunda operación diseñada y planificada por las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa para reforzar las actuaciones ante la crisis sanitaria. El objetivo último es respaldar a las comunidades autónomas en la lucha contra la expansión del virus.
A día de hoy, más de 1.900 efectivos de las Fuerzas Armadas están prestando apoyo a los servicios sanitarios de los gobiernos regionales. Además, más de 5.000 militares del Ejército de Tierra, Ejército del Aire y de la Armada ya se encuentran formados y disponibles para incorporarse a la operación en el caso de que se les requiera por la evolución de la pandemia.
En la visita a la Unidad también han estado presentes la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, el general jefe del Mando de Artillería Antiaérea, general de Brigada Enrique Silvela Díaz-Criado, y el jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 71, coronel Luis Pardo Moreno.