Se abren las puertas del Hotel Pavillion de la capital, sin apenas atravesar la recepción, ahí está. Un gran sombrero y unas gafas opacas a un hombre pegados, parafraseando a Quevedo, descubren a Pitingo. Una imagen muy ‘chic’ que enseguida da a paso a la persona que hay tras el artista. Antonio Manuel Álvarez Vélez es cercano, derrocha simpatía y exhibe esa chispa con la que nos deleita cada vez que se sube a un escenario.
El cantante onubense visita la capital para presentarnos el fin de gira del que es, hasta la fecha, su último trabajo: ‘Mestizo y fronterizo’. El Teatro Nuevo Apolo será el escenario que albergue el “cierre de una gira por todo lo alto” los próximos días 28, 29 y 30 de noviembre.
Un mestizaje sin fronteras
‘Mestizo y fronterizo’ es un canto a la interculturalidad y la convivencia en unos tiempos en los que parece escasear. La música es la vía para difuminar fronteras. La música es la cura para acercar a las personas: “la música es un idioma con el que se entiende todo el mundo, tiende puentes”.
El título del espectáculo también evidencia lo que vamos a poder ver sobre las tablas del Nuevo Apolo, un mestizaje “muy grande”. Sobre el escenario conviven los 20 integrantes de un coro de góspel “de todas las partes del mundo: africanos, gitanos, no gitanos, cubanos etc.”.
La escenografía estará acompañada por una propuesta musical en la que se entremezcla el flamenco, canciones inéditas y “canciones de toda la vida”. Una mezcolanza de estilos y voces que alcanzan la armonía por la excelente compenetración de unos integrantes que han compartido años de gira y eso se nota: “suena muy ‘pegaíta’”.
Estuve a nada de hacer una colaboración con Aretha Franklin y otra con Withney Houston
Sueños cumplidos
Pitingo no para de crear. De poner a prueba a los puristas del flamenco y haciendo suyos 1001 estilos. En su experimentación musical ha encontrado su ‘summum’ uniendo sus raíces flamencas con el soul y el gospel, géneros a los que es aficionado desde los 9 años. No es de extrañar que se enorgullezca de las imponentes colaboraciones que constan en su currículum, la última de ellas con Sam Moore, “una leyenda viva del soul”, con la que, reconoce, “no me podía imaginar que cantaría con él cuando le escuchaba con 13 años”.
Pitingo nos promete nuevas colaboraciones, aunque “aún no las puedo decir”, nos confiesa entre risas. No se olvida de aquellas que pudieron ser, pero se quedaron en el tintero. “Estuve a nada de hacer una colaboración con Aretha Franklin y otra con Withney Houston”.
En sus próximos proyectos promete seguir rompiendo barreras, pero manteniendo su esencia. “Salirse del tiesto es bueno, pero también hay que saber que tenemos unas raíces que son el flamenco de las que tampoco me alejaré”.
Estamos deseosos de conocer qué nos tiene preparado Pitingo, pero antes tenemos una cita con ‘Mestizo y fronterizo’ en el Teatro Nuevo Apolo en un fin de gira que promete ser “brutal”.