La nueva Gran Vía promete un cambio de imagen radical pero ese cambio no es gratis. Las actuaciones, encaminadas a peatonalizar una de las principales arterias de la capital incluirán bolardos y jardineras colgantes para incrementar la seguridad, así como otros ornamentos. Todo ello con un coste valorado en 9,3 millones de euros.
Está previsto que las obras comiencen en enero de 2018 y finalicen en un plazo de 13 meses.
Más seguridad
Los peatones son los verdaderos protagonistas de la remodelación que va a experimentar la Gran Vía madrileña. Para salvaguardar su seguridad se incluirán nuevos bolardos y mobiliario especial, con el fin de evitar acciones como las vividas recientemente en Barcelona.
De la licitación que se resolverá previsiblemente el próximo 28 de noviembre, se desprende que se instalarán un total de 177 bolardos y otros 15 especiales, a petición de la Policía Municipal. Estos últimos valorados en 400 euros cada uno. También se dispondrán grandes jardineras colgantes a modo de barrera en la plaza de Callao y otras esquinas en cruces de calles.
Está previsto que las obras finalicen en 2019, coincidiendo con la campaña electoral
Novedades en el mobiliario
Por primera vez, la Gran Vía contará con fuentes. En esta ocasión se incorporarán tres fuentes de agua potable con dos pilas cada una. Están hechas de granito, simulando una pieza de tetris y costarán 4.500 euros cada una. Se colocarán en la plaza de Callao, en la Red de San Luís (Montera) y en la plaza de Metrópolis.
El granito será también el material que dé forma a los nuevos bancos que se implantarán en las plazas y la Gran Vía, abandonando los actuales de madera. Los pasos de cebra aumentarán y la zona ajardinada se multiplicará.
Está previsto que las obras finalicen coincidiendo con el inicio de la campaña electoral.