Todo comienza en el año 2007, cuando los directores de Airbnb se encontraban compartiendo cuarto en San Francisco. En medio de la incertidumbre de cómo conseguir pagar el alquiler, aprovecharon la conferencia de diseño que ese mismo fin de semana se iba a celebrar en la ciudad estadounidense.
Así, inflaron camas hinchables en su apartamento modo 'Airbed & Breakfast' para alojar a tres invitados. Sin saberlo, ya se habían convertido en los primeros anfitriones de lo que a día de hoy conocemos: más de cuatro millones de personas dispuestas a compartir sus hogares a lo largo de todo el mundo.
La marca defiende que el uso que le da la gente esta plataforma que oferta alojamientos particulares y turísticos es el de una "nueva forma de viajar", una "conexión". Desde la casa más rural hasta el ático más sofisticado, Airbnb te ofrece millones de opciones en miles de lugares, además de experiencias y aventuras.
Suena bien, ¿verdad? ¿A quién no le seduce la posibilidad de alojarse de manera más asequible y con todas las comodidades que te ofrece un hogar? Además, también tienes la posibilidad de alquilar habitaciones individuales, ¿para qué más?
Como bien dice el refrán: no es oro todo lo que reluce. Por eso, y ante el imparable aumento de este tipo de alojamientos en nuestra ciudad, en SoyDeMadrid os contamos las sombras que acompañan a esta forma de hospedarse.
Vamos a comenzar hablando de cifras. Como bien hemos mencionado, la proliferación de Airbnb en nuestra ciudad parece no tener final -o, al menos, por el momento-. Si bien el 'nacimiento' oficial de la página fue en 2008, su aterrizaje en España tardó un año más.
Lo primero que cabe destacar es que Airbnb es la plataforma con más Viviendas de Uso Turístico (VUT) en la zona centro, incluso por encima de las inmobiliarias.
Así, y frente a una situación que comenzaba a tornarse como incontrolable, en 2019 el Ayuntamiento de Madrid aprobó el Plan Especial de Usos del Hospedaje (PEH), también conocido como "Ley Antiairbnb", por el cual los propietarios o gestores de estos inmuebles deben contar con una licencia para ejercer la actividad.
Las nuevas normativas han afectado a la PEH en cuanto a la obligatoriedad de acceso independiente al domicilio y al límite de días de uso anual para exigir licencia como actividad de hospedaje. Además, se restringió la actividad a bajos y primeras plantas de los edificios en lugares donde no se moleste a los vecinos.
La turistificación es un fenómeno de expansión descontrolado del alojamiento turístico, sobre todo en aquellas zonas centrales de una ciudad, y que tiene o puede tener efectos muy negativos sobre la vida de sus ciudadano
Cabe destacar que a pesar de que el Consistorio trata de mantener a 'raya' este tipo de viviendas con los anillos concéntricos en función de la saturación de las zonas, esta premisa comprobamos cómo no se cumple en el Centro de la ciudad; donde la concentración de Airbnb ya casi 7.000 casas/apartamentos enteros y 9.365 en total teniendo en cuenta habitaciones privadas y compartidas, además de habitaciones de hotel.
Uno de los aspectos que más preocupan de estos datos es el hecho de que pocos anfitriones o 'hosts' sean los que aglutinan casi la mitad de toda la oferta disponible en la ciudad. Por ejemplo, uno de ellos, cuenta con 122 casas completas, seguido por el 2º en la lista con 68.
En el texto normativo que vio la luz en 2019, el Consistorio recogía cómo el fenómeno de la "turistificación" tiene efectos "muy negativos" sobre la vida de los ciudadanos. Transformación comercial, masificación, falta de espacio público, subida de precios de alquileres en la zona... son algunas de ellas.
Ahora, y con el aumento de los Airbnb y otro tipo de alquileres turísticos, los vecinos y vecinas de muchos barrios de Madrid alzan la voz en defensa de las que han sido siempre sus calles.
La problemática con la subida de los precios de los alquileres se ve influida también, y en gran parte, por el tipo de competencia en el mercado de los arrendamientos.
Lo que se busca desde diferentes sectores es llevar a cabo una legislación europea que estabilice la situación y establezca un marco legislativo común a las VUT. El Comité Europeo de las Regiones organizó un debate el pasado 31 de enero parta tratar el impacto de Airbnb y otras plataformas en las ciudades y regiones.
Uno de los principales caballos de batalla que los representantes europeos tienen es el hecho de la falta de transparencia para con las diferentes administraciones por parte de estas empresas para poder desarrollar políticas públicas contando con todos los datos de los diferentes mercados.
"Las autoridades locales necesitan saber quién alquila, a quién y por cuantas noches", trasladaba Amaryllis Verhoeven, directora de la dirección general de mercado interior de la propia Comisión Europea. Destacan que el debate que hay ahora encima de la mesa no va dirigido a restricciones, sino simplemente en "normativas más proporcionadas" que posibiliten un turismo "sostenible".
Desde el sector se defienden alegando que si bien admiten que pueda haber problemas "cada ciudad es distinta", y que la oferta es la que crea la demanda. Emmanuel Marill, director de Airbnb en Europa, Oriente Medio y África tiende la mano a "trabajar juntos" en el camino hacia una normativa "que funcione".
Así, aprovechó su intervención en el debate para aupar las "bondades" de la empresa como la recaudación de las tasas turísticas o la creación de un portal en Francia que permite al municipio acceder a los datos de la plataforma.
La representante del Parlamento Europeo sentenció de manera muy contundente: "Usted dice que Airbnb y la vivienda son cosas separadas. En realidad, esa es la madre del cordero. La gente ya no tiene acceso a la vivienda. Son dos temas muy interrelacionados. Airbnb tiene que ser parte de la solución".
Por el momento, parece que solo queda esperar a que el Comité de las Regiones vuelva a reunirse en el próximo mes de marzo, donde se llevará a cabo la adopción final del proyecto de dictamen propuesto.