Madrid es una ciudad llena de oportunidades. No solo laborales o académicas, sino también culturales y de ocio. En la capital, hay zonas donde estas actividades, sobre todo el ocio nocturno, se concentran.
De este modo, y con el objetivo de compatibilizar actividad económica y residencial, desde el Ayuntamiento de Madrid se ha intervenido mediante la fórmula de la Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), que delimita las áreas acústicas en las que se incumplen los objetivos de calidad acústica, exigiendo el desarrollo de planes zonales específicos que permitan alcanzar los objetivos de calidad acústica.
Estas actuaciones administrativas se deben al aumento de las ya históricas reivindicaciones vecinales en cuanto al ruido y otras molestias causadas por los locales de hostelería, cuyos inicios se remontan a finales de la década de los años 80. Los vecinos y vecinas reclaman su derecho al descanso y al disfrute del espacio público, frente a la proliferación de terrazas que, en ocasiones, ocupan buena parte de las aceras de sus barrios.
Ya en 1990, el Ayuntamiento de Madrid declaró determinadas áreas del distrito de Chamberí como Zona Ambientalmente Protegida (ZAP). Sin embargo, la vecindad continuaba reclamando una mayor protección. Posteriormente, en el año 2010, bajo el marco jurídico de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido y de los reales decretos que la desarrollan, el Ayuntamiento declaró la zona de Aurrerá como ZPAE al haber constatado la superación de los objetivos de calidad acústica de aplicación.
En el año 2015, con motivo de la revisión de dicha ZPAE, el Ayuntamiento realizó una nueva campaña de mediciones, ampliando el ámbito de estudio a todo el barrio de Gaztambide.
Ahora, y tras unos estudios realizados por el propio Ayuntamiento durante seis meses entre 2021 y 2022, se concluyó que los objetivos de calidad acústica se superaban en la zona de Trafargar-Ríos Rosas, siendo el ocio la fuente de ruido principal en los periodos nocturnos de jueves a domingo en horario de 23:00 a 07:00.
Así, el pasado 29 de noviembre, el Pleno de Cibeles aprobaba de manera definitiva establecer como ZPAE la zona de Trafalgar-Ríos Rosas, donde viven 61.000 vecinos y el 90,5% de los locales de ocio son bares y restaurantes.
De este modo, partir del 9 de enero de 2023, las calles de Bravo Murillo, Bretón de los Herreros, Carranza, Donoso Cortés, Espronceda, Fernández de la Hoz, García de Paredes, Génova, José Abascal, Santísima Trinidad, Magallanes, Modesto Lafuente, Monte Esquinza, Orfilia, Ponzano, Raimundo Fernández Villaverde, Ríos Rosas, Sagasta, San Bernardo, Santa Engracia, Zurbano, Zurbarán y las glorietas de Bilbao, Ruiz Jiménez, General Álvarez de Castro y la plaza de Alonso Martínez, pasarán a categorizarse en función de la contaminación acústica: baja, moderada y alta.
La ZPAE establece en estas tres zonas medidas correctoras diferentes. En todas ellas, las terrazas y quioscos de hostelería y restauración situados en terrenos de dominio público o en terrenos de titularidad privada expondrán carteles recordando a los clientes el horario de cierre del establecimiento y advirtiendo que el ruido es molesto e impide el descanso de los vecinos. Además, quedará prohibida su instalación en bandas de estacionamiento y se ha establecido un plazo de doce meses para crear una comisión de seguimiento para asegurar su cumplimiento.
Uno de los puntos de desacuerdo entre hosteleros y vecinos en esta nueva normativa era el horario de cierre de las terrazas. Tras su paso por el Pleno, se modificó el horario límite para su funcionamiento, ampliando el horario establecido en un primer momento. En las zonas de contaminación alta las terrazas ya no podrán estar operativas a partir de las 23:30h, 30 minutos más de lo establecido en el proyecto inicial. Para las zonas moderadas, el horario se amplía quince minutos, hasta las 23:45 h.
Las principales distinciones en función de las zonas residen en el tipo de locales y actividades que pueden llevarse a cabo. En el caso de la zona más laxa, se permiten cafés-espectáculos, salas de fiestas, restaurantes-espectáculos, locales de exhibiciones, discotecas y salas de baile, bares de copas sin o con música en directo, tabernas, bodegas, cafeterías, chocolaterías, heladerías, salones de té, bares, bares y restaurantes de hotel con acceso desde la vía pública y salones de banquetes.
En las zonas moderadas y altas, estos establecimientos no pueden ponerse en marcha y tan solo podrían realizarse la modificación en el caso de las moderadas y a negocios como tabernas y bodegas, cafeterías, bares y asimilables, chocolaterías, heladerías, salones de té, bares-restaurantes, bares y restaurante de hoteles con acceso directo desde la vía pública y salones de banquetes siempre que sean sin música.
Satisfechos con la medida general pese a que no se recoge la demanda más importante como es el adelanto de la hora de cierre de los establecimientos de hostelería
Desde el Consistorio trasladan que se trata de una norma que ha salido adelante tras un proceso de escucha vecinal "con rigor técnico" donde, tal y como manifiesta el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, el objetivo era "proteger el derecho de los vecinos al descanso".
Además, destaca el trámite de información pública donde se habrían aceptado "1 de cada 4 alegaciones" presentadas, además de negociar y transaccionar dos enmiendas del PSOE y VOX, "permitiendo mejorar el texto".
Hostelería Madrid
Desde Soy de Madrid hemos charlado con el Presidente de Hostelería Madrid, la Asociación hostelera referente en la Comunidad. Lo primero que nos traslada José Antonio Aparicio es que los comerciantes han tratado de "conciliar el descanso" de los vecinos con su actividad. Nos traslada que, en ocasiones, se establecen normas restrictivas en cuanto a los horarios en zonas "específicas y muy grandes de Madrid" donde Hostelería Madrid no estaría de acuerdo con los límites establecidos.
Durante el proceso de elaboración de esta nueva normativa, desde Hostelería Madrid han trabajado en ella. Destaca que, si se hubiese llevado a cabo la limitación horaria propuesta en un principio, de cierre de terrazas a las 11 de la noche, hubiese habido muchos establecimientos que no podrían haber ofrecido el servicio de cenas, "privando a todos los madrileños y visitantes de este servicio".
Unas restricciones por las que han estado 'luchando' este tiempo para que se relajasen. Un objetivo que han conseguido, en parte, puesto que el horario se ha visto aumentado hasta en 30 minutos en las zonas con menor concentración de contaminación acústica.
Vecinos
También hemos mantenido una entrevista con Pilar Rodríguez, portavoz de la A.V El Organillo de Chamberí, donde nos ha trasladado el sentir de la vecindad en torno a la nueva norma. Lo primero que expresa la representante de la vecindad es que desde que Soy de Madrid habló con la asociación de vecinos hace ya varios meses, donde nos comunicaron la situación por la cual algunos vecinos incluso se veían en la obligación de medicarse para poder conciliar el sueño; Pilar afirma que "la situación sigue igual o incluso peor".
Si bien la nueva ordenanza se ha aprobado, aún habrá que esperar hasta el 9 de enero para que se ponga en marcha, pero en los barrios a los que atañe ya comienzan a dudar de su efectividad. Reprochan que sus reivindicaciones no habrían sido escuchadas ni por el Ayuntamiento ni por sus dirigentes.
Además, y en cuanto a la llegada a la Comisión Europea del ruido en los bares de Chamberí, Pilar traslada cómo la eurodiputada Montserrat, "ha decidido archivar nuestra petición porque considera que el ruido no es un problema fundamental para la vida de los ciudadanos".
No obstante, desde la vecindad continúan dejando claro que "es un problema gravísimo" y que, si bien se encuentran a favor de las normativas porque valoran su utilidad, consideran que lo que faltaría en esta problemática más que las leyes y normas son la "voluntad política" y los "medios" para llevarlas a cabo. Algo de lo que el gobierno municipal estaría careciendo o, al menos, la vicealcaldesa y el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.
Así, continúan afeando a la coalición entre el PP y Cs que a la hora de redactar las ordenanzas y otro tipo de medidas "han mirado solamente para una parte de la sociedad: la hostelería". De este modo, el pequeño comercio y los vecinos habrían sido "despreciados olímpicamente". Hablan de que no piden nada más que aplicar las leyes y mencionan la Ley del Ruido.
Por el momento parece que tan solo queda esperar con los sentidos muy atentos a que la nueva ZPAE se ponga en marcha y podamos comprobar si, tal y como trasladaba Borja Carabante, beneficiará a los vecinos y su descanso.