El conjunto formado por la Presa del Gasco y el Canal del Guadarrama está a la espera de la declaración formal como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Paisaje Cultural. La Comunidad de Madrid ha informado que el conjunto está incoado, pero que ya cuenta con la protección propia de los BIC hasta que se realice la declaración formal. Con ello, cualquier actuación que se pretenda realizar sobre él, deberá ser autorizado por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.
Desde el Gobierno regional han señalado que la declaración como BIC se produce porque el conjunto presenta una gran importancia por las obras hidráulicas que alberga, las cuales tuvieron un gran calado en la segunda mitad del siglo XVIII en España, aunque no llegaran a finalizarse.
La Presa del Gasco y el Canal de Guadarrama fueron un diseño del mismo ingeniero francés, Carlos Lemaur, que en 1785 ideó estas obras para abastecer al Real Canal del Manzanares. Además, formaba parte del plan de conexión de Madrid con el Océano Atlántico a través del río Tajo y el río Guadalquivir.
La muerte interrumpió el trabajo de Lemaur, cuyos hijos tomaron las riendas de las obras que dieron comienzo en el año 1786 con la Presa del Gasco, la cual fue destruida por una tormenta trece años después.
"La Presa del Gasco hubiese supuesto un hito en la construcción de su época"
Recuperación que nunca llegó
En el siglo XIX se propusieron varias opciones para reconstruir el conjunto hidráulico, sin embargo, ninguno llegó a llevarse a cabo debido al coste que conllevaba. Desde la Comunidad de Madrid han destacado que “de haber sido terminada, la Presa del Gasco hubiese supuesto un hito en la construcción de su época. Y es que se trataba de la primera presa del mundo diseñada con perfil trapezoidal y, con sus 93 metros de altura y 251 metros de longitud, habría llegado a ser la mayor presa del mundo en su momento”.
Con la declaración como Bien de Interés Cultural se intenta que, al menos, este conjunto goce del prestigio y protección que se merecen, además de ser “una reivindicación histórica” tanto de los profesionales como de los municipios cercanos al mismo: Torrelodones, Galapagar y Las Rozas.