La Comunidad de Madrid clasificará las residencias para determinar su grado de medicalización y posibilidades de aislamiento y así priorizar el acceso al sistema sanitario para aquellas que no dispongan de suficientes medios.
Contratar empresas externas para circuitos específicos
Se potenciará el trabajo conjunto entre el Samur y el SUMMA para facilitar las derivaciones de ancianos a hospitales y se podrán contratar empresas externas en caso de requerirse circuitos específicos para este colectivo.
Plan de contingencia de las residencias
Todas las residencias deben disponer de un plan de contingencia específico, al igual del que ya tienen los hospitales. Para ello, se les ha remitido un documento donde detallarán sus medidas ante el coronavirus, y se revisará los criterios para la concesión de licencias de apertura de estas instalaciones. Este aspecto es relevante para que la Consejería de Sanidad conozca cómo se van a comportar en caso de detección de casos nuevos de coronavirus en sus instalaciones.
Formación de los profesionales sanitarios
Otro aspecto que se va a potenciar es la formación de los profesionales sanitarios de las residencias. En los hospitales Gregorio Marañón e Infanta Leonor se desplegarán cursos de capacitación en los centros y se ha garantizado un acopio de equipos de protección individual específico en caso de que se produzca una segunda ola de coronavirus.
no es lo mismo que tengan un equipo estable o si requieren más telemedicina, para en función de ello ir adaptando el nivel de respuesta según la sanitarización de las residencias”
Las residencias se van a catalogar en tres tipos
La Dirección General de Coordinación Sociosanitaria catalogará las residencias en tres grande tipos, adoptando con ello la propuesta formulada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Se encontrará la categoría ‘A’ para aquellas residencias que tienen profesionales suficientes para prestar atención a todos los usuarios e instalaciones de cara a practicar un adecuado aislamiento.
La categoría ‘B’ haría referencia a aquellas que disponen de los profesionales sanitarios necesarios pero tienen más inconvenientes para aislarles adecuadamente por sus características constructivas de los inmuebles, aunque sí podría hacerlo de forma puntual, como puede ser confinar en una habitación individual.
El último tipo, el ‘C’, recogería a los centros que no reúnen ni profesionales ni un edificio acorde para aislar zonas específicas en caso de brote.
El objetivo de esta clasificación de las residencias es tener una visión general de los medios de las residencias, en cuanto a su disponibilidad de asistencia sanitaria en el caso de crisis de COVID-19 y conocer su régimen de gestión (si son públicas, privadas o concertadas).