La Junta de Gobierno ha aprobado el nuevo contrato para la gestión del servicio de comidas a domicilio para, principalmente, personas mayores de 65 años que viven solas y que presentan una situación de vulnerabilidad fruto de dificultades para elaborar la comida o problemas de salud provocados por un déficit nutricional. Coincidiendo con la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, el servicio recibió en 2020 un 17 % más de usuarios, atendiendo a 4.263 personas y en los meses puntuales de confinamiento la demanda del servicio llegó a aumentar un 40 %.
Por ello, el nuevo contrato, que depende del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, estará dotado con 5,2 millones de euros desde el próximo 1 de diciembre hasta el 30 de noviembre de 2024, período prorrogable durante dos años, para seguir atendiendo a alrededor de 4.000 personas y tendrá capacidad para repartir en torno a 800.000 menús al año, según ha anunciado la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz.
Este contrato también incluye la posibilidad de ir aumentando un 5 % la capacidad de reparto cada año con el fin de seguir incrementando el número de usuarios del servicio. De hecho, el número de usuarios en 2020 se sigue manteniendo en 2021, ya que, hasta el pasado mes de mayo, el Ayuntamiento atendió a 3.830 personas dadas de alta.
Este servicio ha sido una pieza clave en la atención a las personas mayores de Madrid durante la crisis sanitaria y el objetivo es que lo siga siendo porque garantiza la cobertura de necesidades básicas de alimentación en personas que no las pueden cubrir de ningún otro modo, lo que hace que tenga un carácter preventivo frente a situaciones de malnutrición o vulnerabilidades como la soledad no deseada de las personas mayores.
El objetivo fundamental proporcionar una dieta compensada y variada
El servicio, que consiste en la supervisión y entrega de platos preparados para calentar en los domicilios, tiene como objetivo fundamental proporcionar una dieta compensada y variada, previniendo situaciones de malnutrición en las personas mayores y con discapacidad, a través de una variedad de 18 tipos de menús que abarcan diversas patologías que puedan presentar los usuarios.
El servicio de comidas a domicilio está orientado a personas mayores de 65 años que viven solas o conviven con personas de similar o mayor dependencia, sin red de apoyo que pueda suplir tal situación y que presenten una dependencia en la preparación de sus propias comidas, necesidades nutricionales insuficientemente cubiertas o condiciones de la vivienda inadecuadas para la preparación de las comidas.
Además, pueden utilizar el servicio personas menores de 65 años que vivan solas y que presenten una situación de exclusión social y de dependencia que conlleve la necesidad del servicio. En este sentido, durante 2020 se atendió a 389 personas menores de 65 años, un 25 % más que en 2019, debido a su situación de elevado riesgo social, discapacidad o enfermedad.