El sufrimiento de las personas no se debe a la escasez de recursos, sino a estructuras injustas
"Desde hace décadas sabemos que el sufrimiento de tantas personas no se debe a la escasez de recursos ni a causas naturales –afirma Fidele Podga, coordinador del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas –, sino a estructuras injustas, y relaciones que están basadas en la desigualdad". Para él, los factores de fondo son muy diversos e interconectados: "la inequidad en el acceso a los bienes, el consumismo de los más ricos, los intercambios comerciales injustos, las consecuencias del cambio climático, el acaparamiento de tierras con fines extractivos y agroindustriales, la especulación con el precio de los alimentos, un sistema alimentario que no está diseñado para satisfacer las necesidades de la gente, las guerras y conflictos interesados y, en definitiva, la explotación de unas personas por otras y de unos países por otros".
A estas causas se añade, según Podga, la "indiferencia cómoda, fría y globalizada" a la que se refiere el papa Francisco en Fratelli Tutti, la encíclica publicada el 3 de octubre. "Esta indiferencia –explica Podga– caracteriza al mundo contemporáneo y nos empuja a ensimismarnos y desentendernos de los demás. Creemos que es urgente despertar de este ensimismamiento y actuar, sacando fuerzas de donde podamos, porque no queremos dar ningún paso atrás en la lucha contra el hambre".
Una pandemia que golpea a los más vulnerables
Encarni Escobar, del Área de Proyectos de Manos Unidas, asegura que "la crisis sanitaria, económica y social desatada por el coronavirus amenaza con echar abajo una década de avances frente a la pobreza, según estimaciones de Naciones Unidas. La pérdida de ingresos, los frágiles sistemas de protección social y el aumento de los precios están afectando mayormente a las personas más vulnerables y están empujando al hambre a poblaciones que antes estaban a salvo, como los 29 millones de latinoamericanos que caerán bajo el umbral de la pobreza a causa de la pandemia, según datos de CEPAL".
"La magnitud de esta crisis nos pone a prueba –afirma Encarni Escobar– y nos empuja a asumir retos que no son nuevos, pero sí ineludibles, ya que es más necesario que nunca acompañar a la población excluida y consolidar su resiliencia y sus medios de vida con el apoyo de nuestros proyectos".
Tres retos ante la crisis
El primer reto es garantizar el acceso a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes. Para ello, Manos Unidas apoya iniciativas agroecológicas de pequeños agricultores, trata de asegurar fuentes de agua adecuadas y refuerza los sistemas de procesamiento y comercialización. "En estos meses de pandemia, la agricultura familiar sostenible ha salvado a muchas comunidades del hambre", asegura Encarni Escobar. "A través de formación, infraestructuras de agua y el apoyo técnico y financiero, apostamos por los mercados locales, la asociación entre productores y el acceso a la tierra y los medios de producción, para que las familias obtengan ingresos más estables y no se vean obligadas a migrar a las ciudades", añade.
"El segundo reto es conseguir que las organizaciones locales sean cada vez más fuertes y estables para que reivindiquen y defiendan sus derechos", dice Encarni Escobar. "Si no lográramos esto, sería pan para hoy y hambre para mañana. Por ello promovemos procesos de capacitación y acompañamiento en la defensa de sus derechos, algo que hoy es cada vez más importante, ya que los derechos están aún menos garantizados con la excusa de la pandemia: hay más abuso de poder, violencia e impunidad".
Fidele Podga habla de un tercer reto, "quizás el más importante y el más complejo: transformar nuestros estilos de vida y consumo para que sean una auténtica vacuna contra el hambre y la pobreza". Podga anima a que cada persona se haga varias preguntas: "¿qué como?, ¿cuánto como?, ¿cuánto tiro a la basura?, ¿dónde compro?, ¿quién lo produce?, ¿dónde lo produce?, ¿cómo lo produce?, ¿para qué lo produce?, ¿dónde invierto mis ahorros?".
Para el coordinador del departamento de Estudios de Manos Unidas, "no se trata de responder a estas preguntas con ánimo acusador ni culpabilizador, sino con profunda responsabilidad, para que nos ayude a situarnos entre los dos tipos de personas que identifica el Papa en su última encíclica: “las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo”, porque, como dice solo unas líneas después, en estos momentos de crisis la opción se vuelve acuciante: “todo el que no es salteador o todo el que no pasa de largo, o bien está herido o está poniendo sobre sus hombros a algún herido”.
XII edición del Festival de Clipmetrajes
Además, desde la ONG anuncian que, a partir del 15 de octubre se pondrá en marcha la XII edición del Festival de Clipmetrajes que, en esta ocasión, tiene el objetivo de defender el derecho a la salud. Este evento es una actividad de educación para el desarrollo que tiene como objetivo promover, fundamentalmente entre los jóvenes, la conciencia social y el compromiso. Los participantes presentarán a concurso un vídeo de un minuto de duración que visibilice la desigualdad en el acceso a los recursos sanitarios que sufren las personas más empobrecidas. Para acceder a toda la información pulse aquí.