Queridos amigos y amigas, hoy, debería haber dado comienzo la cruzada de ‘Ignacio Jones’ en Torrejón. Ignacio, alcalde valiente y osado, quiere descubrir la realidad de su municipio y de sus habitantes con respecto al malvado CovidDiciembre2019. Él, como dirigente, necesita saber las coordenadas del rumbo a tomar en los próximos meses, pero no tiene brújula y los datos del GPS no los considera fiables. Por ello, decide hacer un test a todos sus vecinos y determinar, así, el nivel de infección que tiene su municipio.
Mucha gente se pregunta: ¿para qué? A mi entender, siempre humilde, la razón no es única, sino múltiple y bastante evidente; primero, por tranquilidad de sus habitantes, muchos han estado confinados en una habitación de casa en cuarentena médica, sin que nadie, más que una voz “sanatoria” muy amable por teléfono, le haya dicho que se quedase en casa y le haya tramitado una baja sin un simple palito en la boca.
Esas gentes quieren saber si lo pasaron y son ya inmunes -o no-. Quieren saber si de verdad su confinamiento fue necesario o, simplemente, fue la manera más fácil de dejarles fuera de juego. También, las gentes que estuvieron en su casa estoicamente, quieren saber si lo han pasado o no. ¡¡A ver!!, ¿es curiosidad? Quizá… pero, creo, que estamos en nuestro derecho de saber sobre nuestra salud.
Otros piensan que son votos, y sí, claro, habrá un componente de oportunismo electoral. ¿Algún político hace algo si no espera también votos? Además, aparte de este análisis simplista, hay una motivación económica, y no estoy diciendo que los test sean de la empresa de la hermana de Cospedal, que no lo sé, sino, imaginad que, después de la prueba, el resultado es que el 60% de los torrejoneros tienen inmunidad de oveja, perdón, de rebaño, o solo el 5%, como manifiesta el resultado oficial.
Otros piensan que son votos, y sí, claro, habrá un componente de oportunismo electoral. ¿Algún político hace algo si no espera también votos?
Si es el 5%, lógicamente, en caso de recaída: Torrejón, a confinar. Pero, y si es el 60% los que ya lo han pasado y son ya, oficialmente, ovejas… ¿cerramos también Torrejón? ¿O los dejamos pastar tan a gustito sin arrasar la hierba? Porque, en este afán de globalizar la realidad, ya no decidimos con la realidad en la mano, sino con una estadística. Señores, algunas veces la realidad es la mejor opción, por dura, cruel y molesta que sea.
Cuando yo estudiaba, la figura de la integral matemática era maravillosa. Era el sumatorio del estado de puntos pequeños, pequeños estados (ciudades), para hacer una función mayor (Comunidad de Madrid o Estado). Hoy, integrar, según algunos, es una función global donde el estado de lo pequeño no importa, importa saber el estado de lo que percibe lo pequeño (intenciones de voto). Y si no sabemos que es lo que le pasa a lo pequeño, no sabemos la realidad de lo grande.
Así estamos. El Gobierno de España y la Comunidad de Madrid intentado callar la boca a ‘Ignacio Jones’ y otros muchos alcaldes honestos y comprometidos que han pedido hacer test a su gente y los estadistas y generadores de opinión no les dejan. Javier Ayala, Susana Pérez, Ángel Viveros, etc.
Esta es la verdadera cuestión: ¿por qué un alcalde, con “su” dinero, hasta lo que sabemos, no puede hacer un test serológico a sus vecinos o pagar a los practicantes (enfermeros), para saber la realidad y poder tomar decisiones acertadas? ¿Hasta dónde puede interferir la maquinara de Sánchez y Ayuso en la buena voluntad de la gente? Nos llaman ovejas y, muy dignamente lo asumo. Prefiero oveja a lobo. Lo que realmente espero es que pronto llegue el pastor y Niebla y, si no, ‘Babe’ el Cerdito Valiente.