El Gobierno va a limitar a 1.000 euros el pago en efectivo, desde los 2.500 euros actuales, para atajar la economía sumergida y el dinero negro. Además, también obligará a las grandes empresas a enviar las facturas del IVA en tiempo real para limitar las posibilidades de fraude en este impuesto.
Esta medida tributaria pretende ingresar unos 1.000 millones de euros más y entrará en vigor el 1 de enero del próximo año. Junto con la limitación del pago en efectivo a 1.000 euros, las grandes compañías iniciarán el plan de control electrónico de IVA en tiempo real, que será obligatorio para un colectivo de más de 62.000 contribuyentes.
Plazo máximo
Con la entrada en vigor del plan, las empresas deberán remitir electrónicamente en un plazo máximo de cuatro días todos los detalles de sus operaciones (facturas y tiques expedidos y recibidos) que deben anotar en sus libros de registro del IVA (no la factura propiamente dicha), con el importe total de la operación, tipo de factura, identificación fiscal, objeto y destinatario.
La medida pretende acabar con la economía sumergida y el dinero negro
De esta forma la Agencia Tributaria, mediante el análisis y cruce de toda esa información, reducirá notablemente el fraude fiscal, una de las lacras del sistema tributario español, y la economía sumergida, especialmente en el IVA, donde son habituales gran cantidad de facturas falsas.
Además de la limitación del pago en efectivo y del nuevo sistema de envío automático de facturas de IVA para las grandes empresas, el Gobierno también ha incluido en el paquete de medidas antifraude una mayor limitación de los aplazamientos de pago en el IVA y el Impuesto sobre Sociedades porque considera que, en un momento de bajísimos tipos de interés, las empresas no deben financiarse a costa del erario público.