"El sistema vigente está hecho para que el coche se detenga lo menos posible y, en cambio, el autobús está doblemente penalizado por los semáforos y las paradas de carga y descarga de viajeros", explica el portavoz de Movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández, para quien la prioridad semafórica es "una medida fundamental que resolvería muchos problemas del transporte público de forma inmediata".

La medida "lleva años en la agenda política, pero ningún Consistorio se ha atrevido a ponerlo en marcha ya que podría enfadar a los conductores de coches privados por el aumento de la espera en los semáforos", según indica Fernández.

Elección de sistema de ‘prioridad semafórica’

Existen dos tipos de procedimiento, el primero de sistema teórico, consistiría en ajustarse a las velocidades de los autobuses: "en lugar de ajustar los tiempos a los coches, se ajustarían a las velocidades de los autobuses".

En el segundo sistema se implantarían dos detectores, uno en el autobús y otro en el semáforo, para que cuando el semáforo localice el autobús, cambie de color (como ocurre con el tranvía).

La medida consiste en "un plan específico para mejorar los servicios de la Empresa Municipal de Transporte”, aunque aún no se conocen fechas para iniciarla.