Irene Iglesias
@i.ialvarez
Enrique Villarreal Armendáriz, ‘El Drogas’, nos recibe con un pañuelo pirata atado a la cabeza, unas inimitables gafas de sol y un atuendo propio de alguien a quien una pizca de locura le sirve de inspiración. Los estudios de su casa en la capital, Warner Music, fueron el enclave escogido para una cita donde los nervios, la cercanía y las emociones a flor de piel emanaban a través de las palabras que nos introducían a la nueva criatura, un disco quíntuple bautizado como ‘Solo quiero brujas en esta noche sin compañía’ (Warner Music Spain, 2019). “Lo de los nervios es inevitable”, confesaba, “así es como tiene que ser”. A pesar de reconocer que todavía se siente ajeno a la objetividad que le requiere evaluar su trabajo frente a nosotros porque “no lo estoy mamando como me gustaría”, enfrentarse a las sensaciones que le despierta el plantar cara al público “es lo que me gusta”. En estos tiempos que corren, y en este país, llegar a los 60 sobre las tablas haciendo rock es “complicadísimo”; “menos mal que yo, a estas alturas, tengo la suerte y lujo de poder hacerlo, de vivir para ello”.
Un viaje –casi- astral
Al pedirle toda la sinceridad del mundo concentrada en su discurso, El Drogas sonríe. Es aquí cuando descubrimos un tacto casi escrupuloso a la hora de explicarnos cómo, a través de 42 canciones, navegaremos entre cinco timbres diferentes. ‘Timbre acústico’ “abraza canciones vestidas con contrabajo, piano o armónicas”, una perfecta introducción al manojo de sensaciones que arrancan con ‘Europa’ en el segundo de los timbres, el ‘Oxidado’. Este, apostilla, “se mueve por terrenos del punk, del rock alternativo, del hardcore"; es por ello, quizás, que Enrique Villarreal lanza sus letras reivindicando socorro humanitario sin pelos en la lengua, a golpe de realidad. Prosigue ‘Timbre canalla y de bullanga’ bajo acordes que entremezclan “el humo de los ‘clubs’ y ritmos tangueros, de R&B”; a continuación, ‘Timbre Fundido’ descubre tonalidades industriales.
Párrafo aparte para la “oxigenación” de ‘Timbre equivocado’, un soberbio cierre a ‘Solo quiero brujas en esta noche sin compañía’. Aquí, reconoce, “es donde están las canciones que han servido de aliento durante la composición y grabación de los timbres anteriores”; y es que, a veces, “cuando te notas bloqueado, es necesario coger el piano o la acústica y componer un garabato”, esos bocetos han ido a parar aquí, al apodado como “cajón desastroso, más que desastre”.
Radikal viene de raíz, que es lo que me gusta buscar en los temas; a partir de la raíz de las historias es donde puedes comenzar a entender eso que estás viendo en la superficie
Intrahistorias
A lo largo de la entrevista descubrimos como las aristas de ‘El Drogas’ perfilan una personalidad y carácter tierno, reivindicativo y cultivado a partes iguales. Este bien podría ser su álbum más combativo, aunque él no lo constate; sin embargo, dejando la conversación fluir, porque es entonces cuando Enrique Villarreal abre la coraza más allá de lo establecido, confirma un secreto a voces: “realmente trato de los temas que me apetecen”, asegura, “mi oficio me da la libertad que yo necesito, entendiendo que ese oficio tiene que ser transgresor, es como dar un pellizco, unas veces de rabia, otras de amor”.
Sobre las drogas, sin tapujos, asegura que han sido “necesarias” para llegar “a lo que soy ahora, a reconocer que ahora mismo –‘limpio’ desde hace años-, estoy disfrutando como nunca de la carretera”. Lo que también es vital es el ruido de las reuniones familiares; estas, revela, “son música”. “Vengo de una familia numerosa, como muchas de posguerra, y ese ruido que se monta a la hora de comer yo lo tengo muy interiorizado”. El rock ‘radikal’ siempre será, en esencia, alma. “Radikal viene de raíz, que es lo que me gusta buscar en los temas”; “a partir de la raíz de las historias es donde puedes comenzar a entender eso que estás viendo en la superficie, si no conoces aquello que lo sustenta, nunca lo entenderás”.
A modo de puntilla, y teniendo en cuenta que fuimos nosotros quienes sacamos a relucir el panorama político social que vivimos hoy en día, ‘El Drogas’ se mostraba frío: “a la clase política la quiero tanto como a los tertulianos políticos, de los cuales ya ni siquiera me dan ganas de aprender sus nombres”, continuaba confiándonos. “Podría darte un titular y decir que lo que hay que hacer con las urnas es reventarlas, como la SGAE; sin embargo, prefiero decir que no sé si votaré en las próximas elecciones”, aunque, si lo hace, su papeleta rezará en favor de ‘la cataplasma de la tranquilidad’ que, según traducimos, es Podemos.
La gira de El Drogas pasará por Madrid el próximo 7 de febrero en la sala La Riviera. Los ticket,
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