Los profesionales sanitarios siguen reclamando material de protección para enfrentarse al coronavirus sin poner en riesgo su integridad física. El desabastecimiento ha provocado que “aumenten las órdenes verbales” dirigidas al personal para que “alargue la vida útil de los elementos de prevención, aún en contra de los indicado por los fabricantes”. Es la denuncia lanzada por el Sindicato de Enfermería SATSE, que pone ejemplo la situación de los centros de salud de Madrid donde se pide que “se reutilicen los monos, rociándolos con una solución con lejía, o que un mismo equipo de protección se reutilice en varios avisos domiciliarios, hecho éste que pudiera incumplir, incluso, las propias recomendaciones de los fabricantes”.
SATSE asegura que las enfermeras de los centros de salud que acuden a los avisos domiciliarios de pacientes con Covid-19 “han de reutilizar un mismo equipo de protección para varios domicilios, portándolos de un sitio a otro en una bolsa de auto cierre”. “Debido a la escasez de EPIs tienen que reutilizar un mismo equipo de protección para varios domicilios. También lo hacen con las mascarillas durante varios días; tienen que lavar, en dilución de agua y lejía, las gafas y pantallas protectoras o pulverizar con esta dilución las batas o monos para poder llevarlo días y días e, incluso, para que lo reutilicen sus compañeras/os debido a la escasez e incluso inexistencia en algunos casos de EPIs”.
La denuncia, interpuesta ante la Inspección de Trabajo, indica que “en algunos casos en los que la dotación de uniformes de trabajo por profesional no es suficiente, se ven obligados a llevarse a sus domicilios dichos uniformes para su lavado puesto que, aunque el Servicio de Lavandería ha incrementado la frecuencia de recogida y entrega de pijamas y batas, no se garantiza que diariamente vayan a tener a su disposición un uniforme limpio”.
Desde los Servicios de Medicina Preventiva y las Unidades de Prevención de Riesgos Laborales, se ordene a los trabajadores “llevar una mascarilla no acorde al riesgo (quirúrgica), cuando debería ser auto filtrante (FFP2 o FFP3)
“En Ifema y en los hospitales, la situación no es mucho mejor”
La situación en hospitales y hospitales de campaña (IFEMA) no es nada mejor, a tenor de la denuncia presentada por el Sindicato de Enfermería, donde “las batas impermeables también se lavan y al usarlas tras el lavado siguen húmedas y muchas se rompen durante este proceso”.
La organización sostiene que este hecho está provocando que desde los Servicios de Medicina Preventiva y las Unidades de Prevención de Riesgos Laborales, se ordene a los trabajadores “llevar una mascarilla no acorde al riesgo (quirúrgica), cuando debería ser auto filtrante (FFP2 o FFP3), excediendo el tiempo de utilización marcado por el fabricante, e incluso reutilizándolas tras procesos de desinfección, que pudieran ser no del todo fiables”.
Tenemos constancia, denuncian desde SATSE, “de presuntas amenazas o coacciones, hacia el personal sanitario, si no alarga la vida útil de dichos elementos, y/o si no sigue los canales de reutilización y/o desinfección de los mismos por los Servicios de Esterilización Hospitalaria”.