El Ayuntamiento de Madrid ha establecido como "solución" al acercamiento de jabalíes a las zonas urbanas, capturarlos con trampas-jaula en la Casa de Campo.
Desde que instalaron el 30 de abril éstas jaulas, han capturado 31 jabalíes en el Vivero Municipal de Migas Calientes de la Casa de Campo consiguiendo así "impedir que estos mamíferos se acerquen a zonas urbanas y pongan en peligro la integridad de las personas" apuntan desde el consistorio.
De los 31 jabalíes, algunos son adultos y rayones. Estos últimos ejemplares, junto al resto, serán trasladados a un centro de cuarentena de la Comunidad de Madrid con instalaciones adecuadas para mantenerlos en aislamiento.
El veterinario municipal, Juan Carlos Ortiz, afirma que se han escogido esas ubicaciones "porque se ha constatado que los jabalíes pueden proceder del Monte de El Pardo y llegan a Madrid a través del corredor del río Manzanares. Desde allí entran a la Casa de Campo y a la Dehesa de la Villa, donde causan destrozos en zonas verdes y viveros y también pueden cruzar a la M-30 y provocar problemas de seguridad vial."
Cuando los jabalíes dejen de entrar en las jaulas de Migas Calientes "se trasladarán a otras dos ubicaciones donde se sabe de la existencia de estos animales: el Encinar de San Pedro (Casa de Campo) y el Área Forestal de Tres Cantos"
"De hecho, las estadísticas de la Dirección General de Tráfico indican que el jabalí ocupa el primer lugar entre los animales que provocan accidentes de tráfico”, ha manifestado Ortiz.
Se podrá apresar con red, con dardos anestésicos o jaulas con comedero incorporado para el cebado de animales.
Protocolo por si alguien ve a jabalíes en zonas urbanas
El coordinador de Medio Ambiente, José Antonio Martínez Páramo, ha explicado que se ha establecido un protocolo de seguridad en caso de avistamiento por parte de los ciudadanos. “Según el protocolo, a partir de ahora, cuando se localice un jabalí, los madrileños deberán avisar a través del 112 y la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal se encargará de la seguridad hasta que llegue la empresa encargada de apresar al animal."
El protocolo aprobado considera varias opciones de captura en función de la situación que provoque la presencia del animal. Según las circunstancias, se podrá apresar con red, con dardos anestésicos o jaulas con comedero incorporado para el cebado de animales. Las jaulas se ubicarán en lugares no accesibles para el público y estarán señalizadas para el personal de mantenimiento de parques o zonas verdes.
Cuatro avistamientos
El Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida puso en marcha el plan de captura de jabalíes el pasado 21 de abril, cuando aprobó el contrato con un presupuesto de 18.000 euros, IVA incluido, y siete meses de duración. Este contrato se pudo formalizar una vez que la Comunidad de Madrid otorgó la autorización para su cautiverio el pasado 20 de enero tras constatar su presencia en diferentes zonas del municipio a principios de año. Madrid ha contabilizado y documentado hasta el momento cuatro avistamientos de jabalíes: en Francos Rodríguez (27 de enero), Las Tablas (16 de enero), Montecarmelo (6 de abril) y Ciudad Universitaria (14 de abril).
Todo el proceso de captura está supervisado por el veterinario de la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento, de manera que se evita el sufrimiento de los animales y se garantiza la seguridad de las personas.
Si en las jaulas cayera algún animal silvestre distinto del jabalí, se procederá a su liberación a la mayor brevedad posible.
Los jabalíes se transportan en vehículos que cumplen con las normas de bienestar animal, así como con las correspondientes guías sanitarias donde constará el origen y destino de los jabalíes.
Control sanitario
Allí, según los criterios sanitarios de la Dirección General de Agricultura del Gobierno autonómico, se tomará una muestra de sangre para determinar si están sanos o enfermos. Los jabalíes pueden transmitir enfermedades con afección potencial sobre los humanos (tuberculosis, brucelosis, enfermedades transmitidas por garrapatas, triquinosis, hidatidosis o protozoos que pueden contaminar el agua potable) y los animales domésticos (peste porcina, salmonelosis, sarna y transmisión de parásitos como garrapatas y piojos).