El Centro Cultural Villa de Móstoles ofrece una exposición colectiva, “Sombras”, de Irene Carrasco y Sara Cubo, y “Fragmented”, de Adela Creative, que se podrá contemplar del 19 de abril al 23 de mayo.
Esta doble muestra, organizada por el Ayuntamiento de Móstoles, a través de la Concejalía de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, invita a la reflexión y tiene el punto en común de que todos nacemos puros y completos, sin traumas, sin fisuras y que es el paso del tiempo el que nos provoca dolor y nos hace fragmentarnos.
Las piezas, creadas en tela, por Irene Carrasco y Sara Cubo, apuntan que todos tenemos luces y sombras, y es lo que nos hace humanos. Bajo esa premisa la exposición “Sombras” hace reflexionar sobre todo aquello que normalmente acostumbramos a tapar, habla abiertamente de nuestras sombras, de todo lo que nos hace daño. No existe obra carente de emociones, se puede comunicar siempre algo con lo que se crea y buscar consuelo en el arte. La obra exterioriza el dolor de la mente y provoca una solución al problema, un cojín donde descanse ese dolor, de una forma conjunta. Todos deberíamos tener nuestro cojín del trauma, un cojín para soltar y drenar la herida del alma.
Adela Creative fusiona la pintura al óleo con la tecnología exacta
Por otro lado, “Fragmented”, es la obra de Adela Creative, una ilustradora, nacida en Rumanía y afincada en España, perteneciente a la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) y miembro de la Asociación CulturArte en Valencia. Sus característicos retratos realistas fragmentados, pintados al óleo, la hacen una artista destacada que se diferencia por los singulares rasgos de sus obras. Focalizadas en las expresiones de las personas, reflejan un toque de sentimientos e incluso del alma que yace detrás de la máscara que es nuestro rostro.
La artista experimenta con planos ilustrativos que añaden otra dimensión a la pintura al óleo tradicional. También utiliza la ayuda de la tecnología para planificar y configurar sus retratos, utilizando las herramientas digitales disponibles en la actualidad para lograr primero una maqueta.
Eligió pintar los retratos fragmentados porque se dio cuenta de que nacemos completos, pero comenzamos a fragmentarnos con el paso del tiempo, casi como si nos corrompiéramos, como los datos en una computadora. Hay fallos aquí y allá. Faltan algunas partes y ella las llena con otras partes, intentando reconstituir el todo. “Nunca volveremos a estar completos como cuando nacimos, pero hay belleza en el proceso de perdernos y encontrarnos a nosotros mismos”, explica la artista.