Dicen que cuando el río suena agua lleva. Sin embargo, cuando el rumor salta en el ruedo político no siempre es así. Por ello, en el momento en que empezó a señalarse al Ayuntamiento de Móstoles por la calidad de los menús en la Residencia Municipal Juan XXIII, Soyde. quiso descubrir qué ocurría. Aunque nos hubiese gustado encontrar algo distinto, lo cierto es que los ancianos no comen bien.
“Porquería” para comer
“Nos dan de comer una porquería y hay platos que están en malas condiciones”. Así habla José Andrés, que vive en la Residencia Municipal Juan XXIII y ha encontrado en Soyde. una oportunidad para alzar la voz. Y es que, esta no es la primera vez que se queja del servicio de catering a cargo de ALIRSA, la empresa que, “desde hace cuatro meses”, se encarga de servir la comida en la residencia. “Todo son buenas palabras y nulos resultados”, expresa, recordando el tiempo en que ejercía de veterinario y hacía inspecciones sanitarias. “Yo llegaba a desplazarme desde Madrid hasta el matadero de Seo de Urgel para comprobar si era verdad una queja”, comenta, esperando que alguien responda a las suyas. “Si pudiera salir a la calle iría al Juzgado y pondría una denuncia”, sostiene.
“De Noelia Posse para atrás”, explica José Andrés, que lleva 11 años en la Residencia Municipal Juan XXIII, las cosas “funcionaron perfectamente con cualquier alcalde […] De vez en cuando venían a ver cómo estábamos […] pero Noelia Posse vino a ver cómo estaban unas sombrillas que había puesto, no a vernos a nosotros”. Marcelino también se queja, pero nadie “hace ni caso […] La comida ya viene hecha” lamenta, señalando que no queda ninguna cocinera en la Residencia Juan XIII de Móstoles. Eso sí, como José Andrés, Marcelino reconoce el buen hacer de las auxiliares, que, según apuntan, están al tanto de la situación. “Si estas mujeres se destapan se les cae el pelo, pero ante nosotros reconocen que marcha todo mal”, explica José Andrés.
Si estas mujeres se destapan (auxiliares) se les cae el pelo, pero ante nosotros reconocen que marcha todo mal
“Da vergüenza tener gente así en el Gobierno”
Como José Andrés y Marcelino, se encuentran otros residentes, como Vitorio. Con él no hemos podido hablar, pero ha sido su hijo, Fernando Rodríguez, y su nieta, Lydia Rodríguez, quienes han trasladado su preocupación “por los purés agrios, las cosas caducadas y la comida de muy baja calidad y precocinada” que sirven. Vitorio llegó a decir a su hijo que no se encontraba bien y "cuando llegó a casa se le notaba mucho más delgado”, cuenta Lydia, remarcando que tuvieron que llevarle al hospital “porque no podía andar por su propio pie”. Todo esto ocurrió en los primeros momentos de la pandemia.
Fernando, el hijo de este residente de 90 años, "que siente la residencia como su hogar", está luchando para que la calidad de la comida sea aceptable. "No pedimos que coman gulas", comenta, mientras transmite una desesperación que le lleva "a rogar" a la residencia, a la concejala del área, Lola Triviño, y a la alcaldesa, Noelia Posse, que le escuchen. “Me parece horroroso tener que hacer esto públicamente, cuando son ellas las que tienen que solucionar este problema. Me da vergüenza tener gente así en el Gobierno”, sentencia Fernando, que, al igual que Lydia, asegura que le “han empezado a hacer caso” desde que sus quejas se han hecho mediáticas. En concreto, agradecía a este medio la oportunidad de ofrecerle el altavoz que pedía, donde, de hecho, leyó en primicia la carta enviada a Noelia Posse.
*A pesar de los ofrecimientos de este medio para que el Ayuntamiento de Móstoles aportase su versión sobre el testimonio de Fernando, no hemos obtenido respuesta.