La espera continúa. El Centro Sociocultural Caleidoscopio de Móstoles sigue cerrado y las necesarias obras para su rehabilitación sin acometerse. Trabajos que fueron incluidos en el antiguo Plan PRISMA 2008-2011 de la Comunidad de Madrid, y que tuvieron el segundo visto bueno del gobierno regional el pasado 2017, pero que nunca llegaron a ejecutarse.
Ahora, tras más de diez años de espera, el Ayuntamiento de Móstoles, capitaneado por Noelia Posse, vuelve a reclamar al Ejecutivo regional, como ya hiciera en 2018 el ex alcalde David Lucas (PSOE), que cumpla con un proyecto que los vecinos y vecinas de la ciudad "reclaman" insistentemente. Al parecer, los técnicos del ayuntamiento "han detectado algunas imprecisiones en la documentación presentada y siguen esperado las modificaciones del proyecto definitivo", comunica el consistorio mostoleño.
Larga historia
El Consejo de Gobierno Regional dio luz verde al cumplimiento de las atrasadas obras el pasado 2017. Una actuación que viene 'coleando' desde el PRISMA (Plan Regional de Inversiones y Servicios) del periodo 2008-2011, donde se aprobó, pero no ejecutó, la reforma del centro. La remodelación iba a correr a cargo de la empresa pública 'Obras de Madrid', según constaba, indicaba en ese momento el ayuntamiento mostoleño, "en el escrito remitido al alcalde (por entonces, Lucas) por parte de la Dirección General de Administración Local de la Comunidad de Madrid".
El centro cerró sus puertas por graves problemas de inundaciones y deficiencias en el sistema eléctrico y de calefacción
Respecto al presupuesto con el que se contaría para la reforma, ascendería a un total de 1.150.000 euros, procedentes de esa remanente del PRISMA de 2008-2011.
El CSC Caleidoscopio se vio obligado a cerrar sus puertas en 2016 y reestructurar en distintos centros los talleres que allí se impartían. Inundaciones de más de metro y medio de altura que llegaban a tapar cuadros de luz y derivaciones eléctricas y un estado de deterioro general grave fueron algunas de las razones por las que el centro decidió echar el cierre. Es uno de los más antiguos de Móstoles, con más de 27 años de antigüedad, y nunca se ha realizado una reforma integral, solo leves remodelaciones a lo largo de los años, lo que ha sido ocasionando el agravamiento de problemas estructurales por humedades, además de daños en el sistema eléctrico y calefacción que suscitaron, consecuentemente, numerosas quejas de usuarios y trabajadores.