Su decisión se fundamenta, según explican desde el ayuntamiento de la ciudad, en que "vivimos un momento que ha obligado a cerrar temporalmente muchos establecimientos y, en consecuencia, impide la utilización del espacio público para terrazas o veladores, quioscos de hostelería y elementos auxiliares exteriores de mobiliario e instalaciones". 

La veloz propagación del virus complica hacer evaluaciones, pero las predicciones en el territorio de la hostelería no son positivas. Las consecuencias de la crisis sanitaria van a ser difíciles de asumir por el pequeño empresario. En cuanto a pérdidas, "sabemos que van a ser cifras muy altas". Son las últimas declaraciones vertidas por el presidente de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), Miguel Garrido.