En 1960 Móstoles apenas llegaba a 3000 habitantes, y en 1980 la población de nuestra ciudad superaba las 150.000 personas. Aunque en aquel momento de la historia de Móstoles yo era pequeño, sí recuerdo con claridad la lucha vecinal, pues mis padres formaban parte de aquel movimiento, y pude ver en primera persona cómo nuestra ciudad se levantaba para pedir lo que le correspondía por derecho: De la canalización del agua a la iluminación de las calles, de los colegios al hospital, de los centros culturales a los polideportivos. Y así muchas infraestructuras que conocemos hoy en día y que han ido dando sentido a Móstoles como ciudad.
El impulso democratizador que impregnó nuestros barrios en aquella transición se ha ido diluyendo en el tiempo, y ha llegado agotado a este momento de la Historia, en el que nuestra ciudad parece estancada. Móstoles necesita más. Desde Más Madrid Móstoles proponemos un proyecto de ciudad que tiene que implicar, necesariamente, una segunda transición, un nuevo impulso democrático que empuje a Móstoles, convirtiendo los retos en oportunidades, un impulso que debe contar con todas las vecinas y vecinos de nuestra ciudad, con sus asociaciones, plataformas y colectivos, con sus empresarios y funcionarios; en definitiva, un impulso que nos lleve a afrontar el presente con un horizonte claro de futuro.
El impulso que proponemos, esta segunda transición verde, debe de aunar los retos climáticos que enfrentamos, armonizando en un círculo virtuoso las exigencias con las necesidades. Porque nuestro tiempo plantea exigencias inexcusables, como reducir la dependencia energética , desengancharnos progresivamente de los combustibles fósiles, iniciar la transición a energías limpias o bajar la factura de la energía. Todo ello, mientras simultáneamente atendemos necesidades igualmente inaplazables, como la generación de empleo o la reindustrialización de nuestra ciudad. De las 140.000 personas de población activa, sólo un tercio trabaja en Móstoles. Los otros dos tercios tienen que salir fuera, fundamentalmente a Madrid, con lo que conlleva cada mañana de atascos, gasto de combustible, contaminación, y gasto de tiempo de nuestras vidas. En definitiva, peor calidad de vida.
De las 140.000 personas de población activa, sólo un tercio trabaja en Móstoles
Por eso queremos que Móstoles, la segunda ciudad más grande la Comunidad de Madrid, destaque en la generación de empleo verde. Queremos que los edificios públicos cuenten con placas de energía fotovoltaica para autoabastecerse, lo cual bajaría la factura de la luz de las instituciones públicas, dejando más liquidez para otras inversiones, y permitiendo redirigir el excedente de producción de energía a edificios residenciales, bajando así a la vez la factura de vecinas y vecinos. La instalación de estas placas y su fabricación generan puestos de trabajo y planes de formación para los jóvenes de Móstoles, cerrando así este círculo virtuoso. Queremos planes de rehabilitación energética de viviendas y de desarrollo de nuevas formas de movilidad, como la bicicleta eléctrica.
Queremos ensanchar los espacios verdes, multiplicar las instalaciones deportivas o mejorar la movilidad. Y queremos hacerlo poniendo en el centro la participación ciudadana y vecinal, que ha sido fundamental en la construcción de Móstoles, y que ha sido inexplicablemente arrinconada por el último gobierno local. Queremos, en definitiva, poner en valor los elementos que definen una vida buena dentro de un nuevo Móstoles, que vamos a disfrutar con orgullo.
Emilio Delgado