Ceuta ha vivido en los últimos días una crisis migratoria sin precedentes en las costas españolas y los trabajadores humanitarios han sido testigos de ella. Entre ellos se encuentra Luna Reyes, una mostoleña de 20 años que se ha convertido en símbolo de este acontecimiento.
La fotografía donde se observa el abrazo de esta voluntaria de Cruz Roja con un joven migrante, que logró cruzar uno de los espigones fronterizos hasta la playa del Tarajal de Ceuta, ha acaparado todas las portadas y titulares y se ha convertido en la imagen icónica de esta crisis.
Lunes se encuentra en Ceuta desde marzo, donde realiza sus prácticas con esta ONG y finalizar así sus estudios del grado superior de integración social. La joven no ha aceptado ninguna entrevista, salvo para RTVE donde contó, entre lágrimas, el momento que ha acaparado este revuelo mediático.
“Lloraba, le tendí la mano y me abrazó”, describe Luna. “Se pegó a mí como una lapa. Ese abrazo fue su salvavidas. Me hablaba en francés y enumeraba con los dedos de la mano. Yo no entendía nada, pero estoy convencida de que estaba enumerando los amigos que ha perdido en el camino”, asegura emocionada al recordar al joven senegalés que logró cruzar la frontera y que antes de que le atendiese Luna, se estaba intentando quitar la vida golpeándose con piedras.
"Se intentó dar con piedras en la cabeza porque estaba viendo que los devolvían todos y se quería matar", explica Luna y asegura en la entrevista que el joven estaba "desesperado pensando que su amigo se moría".
Las reacciones a este imagen no tardaron en llegar a las redes sociales. Sin embargo, no todas fueron de admiración y agradecimiento ante el gesto de humanidad de la mostoleña. Insultos y mensajes racistas obligaron a la joven a cerrarse todas sus cuentas. Y asegura a RTVE que cuando las cosas se calmen, denunciará estos mensajes.
Frente a los textos cargados de odio, en Twitter se movilizó una campaña de apoyo a Luna con los hashtags #OrgulloLuna y #GraciasLuna donde se pudieron leer tuits como:
Luna y Abdou se reencuentran después de convertirse su abrazo en símbolo de la crisis migratoria
Después de que su abrazo se convirtiese en símbolo de la crisis migratoria, Luna y el joven senegalés, Abdou, se han reencontrado gracias a que TVE les ha puesto en contacto. La pieza ha sido emitida este lunes en el informativo de mediodía donde se puede ver el reencuentro virtual entre ambos.
Abdou, de 27 años, se encuentra ahora en un piso compartido de Casablanca, después de haber sido devuelto a Marruecos tras cruzar la frontera, explica a la televisión pública.
Cuando llegaron a la playa, echó a llorar al ver que su hermano estaba inconsciente, explica el joven. Por el momento, no tiene información de su paradero ni de su estado. "Sigue muy cansado y tose con frecuencia", explican. El abrazo con Luna lo reconfortó en ese momento doloroso. "Jamás podré olvidar ese gesto", reconoce Abdou.