Ya tenemos presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha prometido su cargo en un acto presidido por el rey Felipe VI. Mi lectura es que, una vez más, la mentira triunfa. Sánchez puede ser un buen presidente, no estoy juzgando lo que podría haber hecho si estuviéramos en otra situación, pero conforme han sucedido los acontecimientos no puedo decir otra cosa. Sí, ayer fue un día triste para nuestro país porque la mentira se hizo con el poder. Más allá de la amnistía, que no huele a legal, lo que me preocupa es que dos días antes de las elecciones Sánchez negaba este instrumento jurídico para los independentistas. Una cosa es cambiar de opinión y otra muy diferente es ocultar que Santos Cerdán llevaba meses negociando. Puede que el resultado electoral hubiera cambiado o no, pero sin mentiras de por medio. Lo que desencadena esta trola de Pedro Sánchez es la aprobación de actitudes violentas en las calles porque estas personas se encuentran legitimadas a comportarse así. Está claro que esta actitud es inaceptable y más en un cargo de tal responsabilidad.
La investidura de Sánchez es ilegítima, no por la amnistía, sino por las mentiras que hay detrás de sus palabras. Si la ley no se tramita finalmente, será todavía más grave porque, por unos meses en el poder, estaría mintiendo a sus apoyos políticos. Antes de tomar estas decisiones, Pedro Sánchez tenía un futuro político interesante, pero ahora hay un sector muy importante del Partido Socialista que no se lo va a perdonar.
El Congreso de los Diputados está lleno de fanfarrones...el arte de parecer lo que uno quiere ser, siendo realmente una cosa muy diferente. Cuando el líder deja de estar autenticado con unas credenciales fiables (véase Pedro Sánchez), solamente podemos esperarnos una legión de maldad. Pocos científicos de física nuclear vi en la Cámara Baja, tampoco físicos de materia cuántica, ni matemáticos de inteligencia artificial...Me da pena que nos gobierne un montón de gente que solo piensa en ella misma. ¡Haz clic en el play!