Navalcarnero es uno de los municipios más endeudados de España y los problemas económicos, procedentes de la mala gestión de los gobiernos del PP durante 20 años, condicionan la acción de Gobierno del actual ejecutivo local, una coalición del PSOE y Vecinos por Navalcarnero.
La deuda global de la ciudad asciende a 147 millones de euros y eso, en un consistorio con 34 millones de euros de presupuesto anual, es una losa que pesa mucho.
En Televisión Digital de Madrid entrevistamos al concejal de Hacienda, Jesús Santos, que analiza la situación en la que quedan tras este último varapalo judicial.
- P.- Una reciente sentencia obliga al Ayuntamiento al pago de 3,6 millones de euros. Explícanos ¿a qué se debe esa nueva deuda?
R.- Efectivamente, este pago engorda aún más el lastre que ya tenemos. Se trata de una estada, se mire por donde se mire. Fue un fraude cometido por los anteriores gobiernos de este ayuntamiento. En el 2005 se vendieron de forma anticipada una serie de aprovechamientos urbanísticos de un sector, el PAU5 sin estar previamente consolidados. Unos años después, en 2009, el mismo gobierno hace un nuevo Plan General de Ordenación Urbana y este sector lo convierten en no urbanizable, con lo cual habían vendido unos derechos, de forma anticipada, que ahora el mismo ayuntamiento dice que no existen. La única posibilidad que había era que nos condenaran como así ha sido.
La empresa denunció por este aprovechamiento que después no fue tal. El anterior equipo de gobierno tenía previsto el PAU 5 como urbanizable, pero al hacer el PGOU se dan cuenta que en medio de ese sector hay otras consideraciones como el desdoblamiento de la M-600 que lo condiciona todo.
Siempre pongo un ejemplo para que la gente lo entienda. Es como si yo te vendo un reloj, tu me pagas y te digo que ya te lo daré. Años más tarde te digo, mira, el reloj no se fabrica. Lógicamente tu me pedirías el dinero o un reloj similar, pero yo no hago ni una cosa ni la otra.
Yo creo que la solución era muy fácil, porque ellos debían saber que habían vendido unos derechos que después dicen que no eran tales. Simplemente con haber hecho una permuta en otro sector que si fuese urbanizable podrían haber llegado a un acuerdo y evitar este problema.
Ahora nos condenan a pagar los 3,2 millones de euros que cobró el ayuntamiento y, además, los intereses que eleva la cuantía a los 3,6 millones.
- P.- Y ¿Hay más casos similares que acaben con sentencias condenatorias como esta?
R.- Desgraciadamente aquí se hicieron muchos convenios urbanísticos y cada uno tiene su peculiaridad, pero algunos sí tienen la tendencia de que el Ayuntamiento pueda salir perjudicado y condenado.
De hecho, ya han presentado otras demandas y todo seguirá su curso. Pero es posible que este ayuntamiento reciba más condenas por cuestiones de similares características.
En fin yo aquí siempre digo que los jueces no hacen su trabajo de manera completa porque es muy fácil condenar a una administración, a un ayuntamiento, que en el fondo somos todos los vecinos, pero no se busca a los verdaderos responsables.
Es decir, un ayuntamiento no toma decisiones, sino que hay personas detrás que son técnicos, políticos, que con sus actuaciones causan un perjuicio muy serio a toda la población, como se está viendo en el presente ejemplo.
- P.- Tras la sentencia ¿A cuánto asciende la deuda municipal?
R.- Según la última liquidación que tenemos del año 2021, añadiendo esta nueva sentencia por deuda líquida, vencida y exigible en concepto de principal son ya 147 millones, sin contar intereses.
Hasta que nosotros amorticemos esta deuda… Estuvieron aquí una representación técnica del Ministerio de Hacienda en junio y ya les dijimos lo que estaba por venir, que esta sentencia llegaría y de que había otras posibles y hablamos de 30 0 40 millones de euros más.
Ahora nos toca ir refinanciando y ordenando esta deuda, toda ella imputable, repito, a los gobiernos anteriores a 2015, en este caso del PP, y es lo que nos ha tocado.
Los jueces no hacen su trabajo de manera completa porque es muy fácil condenar a una administración, pero no se busca a los verdaderos responsables.
- P.- ¿Esta deuda tras la sentencia judicial se debe pagar de manera inmediata?
R.- En este sentido, el ministerio anualmente nos ofrece la posibilidad de adherirnos para pedir nuevas necesidades financieras para el año siguiente.
Y una de las premisas es que, si tenemos sentencias firmes y que causen un grave perjuicio a la tesorería del Ayuntamiento, podemos disponer de esos recursos. El ministerio nos adelanta el dinero y luego nosotros, mediante un plan de ajuste, nos ajustamos con el ministerio y cómo tendríamos que devolver el importe, en cuanto a años, plazos, condiciones y bajo interés.
Nosotros, con la situación que tiene el Ayuntamiento, no podemos sacar 3,6 millones de euros para efectuar el pago. Las pequeñas sentencias si las sacamos con nuestros recursos propios. En el presupuesto tenemos un fondo de contingencia del 1% del presupuesto para estas cosas.
- P.- Para poner en contexto estas cifras ¿Cuál es el presupuesto de Navalcarnero?
R.- Este año hemos aprobado un presupuesto de 34 millones de euros y lógicamente ahí se engloba todo, tenemos que sufragar todo, los intereses de la deuda, los servicios para pagar la basura, el agua, la luz, las nóminas, etc.
Pero siempre decimos que la deuda es inasumible, porque si tienes un presupuesto ajustado para el año en curso. El ministerio es consciente de que somos ocho o diez municipios en toda España en esta situación. El primer año nos suelen dar un año de carencia… pero es como ir dando patadas hacia adelante en la amortización de la deuda.
En nuestro caso, es imposible asumir 147 millones de euros. Yo expliqué a la gente del ministerio que habría que dedicar 1,5 millones de euros al año para ir amortizando la deuda durante los próximos 100 años.
Pero es que, además, tenemos que seguir manteniendo los servicios a los vecinos porque, claro, una administración no puede cerrar. Si se rompe una calle, hay un socavón, hay que arreglarlo; hay que prestar unos servicios mínimos como el alumbrado público, el agua, los gastos corrientes.
Y no podemos decir que sólo nos vamos a dedicar a pagar deuda porque eso es inviable.
- P.- ¿Y a largo plazo hay otras soluciones? Por ejemplo ¿la llegada definitiva del tren podría ayudar?
R.- Este mismo tema lo hablamos precisamente con los técnicos del Ministerio de Hacienda y, efectivamente, ellos venían en un sentido totalmente confundido porque creían que lo que había que hacer era tener menos gastos y subir impuestos.
Yo me opuse frontalmente y dije justo lo contrario. Lo que hay que hacer es tener un municipio atractivo para que crezca como tenía que haber crecido con el tren. Claro que el tren atraería a más gente. Es la pescadilla que se muerde la cola. El tren trae a gente al municipio y eso implicaría más licencias, pero también más crecimiento, más servicios, más demandas… es decir que no todos esos ingresos irían a pagar la deuda obviamente.
- P.- Nos acercamos a una nueva cita con las urnas y una vez más os toca construir un proyecto que sea ilusionante para los vecinos, pero al mismo tiempo realista con la situación del Ayuntamiento ¿cómo se conjuga todo ello?
R.- Nosotros consideramos que hacer un programa con unas garantías de cumplir lo que se promete es difícil. De hecho, siempre decimos que los vecinos que quieran depositar su confianza en nosotros, que voten realmente por lo que somos y no por lo que seremos.
Estamos ya trabajando en el programa y pensamos que no se necesitan grandes proyectos sino más bien ser conscientes de cuáles son las verdaderas necesidades e intentar cumplir a rajatabla con lo que prometemos.
Hay otros partidos que no sé si por ignorancia, dicen que si acceden al poder van a bajar los impuestos. Y esto no es posible porque estamos completamente intervenidos y el ministerio no deja bajar impuestos.
En fin, nosotros estamos trabajando en un programa para el 2023 con cuestiones, que aunque no sean grandes, sean serias y sensatas.