En palabra de Juan Lobato: "El PSOE es una máquina de triturar y matar candidatos".
Lo que le ha pasado a Lobato es lo que le ocurre a las personas honradas en este país cuando el poder pasa como un rodillo sobre ellas. Esto es demoledor para una democracia.
De hecho, ha pasado lo más grave que podía pasar: se han cargado, destruido y vilipendiado un talento honrado. Es la máxima expresión de quien nos está gobernando. Así es como trata Pedro Sánchez a los suyos, a los que osan toserle un poquito.
"Espero que mi decisión no suponga una decepción para vosotros/as", decía Lobato en esa carta. Eso es lo que muchos sienten ahora hacia el PSOE madrileño, no hacia ti, Juan.
Muchos tenían esperanzas en que Lobato se convirtiera en una alternativa real y sensata a Isabel Díaz Ayuso, construida desde un discurso moderado e inteligente. Era un buen antídoto para el PP de Madrid.
¿Qué ha ocurrido? Que él no genera bronca y no comulga con el lema de "todos contra Madrid" que lidera Pedro Sánchez.
No hay más, se han cargado a Juan Lobato.
Puedo imaginarme la cantidad de presiones y amenazas que ha recibido Lobato en los últimos días. El poder del Estado es enorme. ¿No llegaron a infiltrar a gente en ETA? ¿No llegaron a tener un fondo de reptiles? ¿No se pagaban comisiones a mercenarios? Cargarse a un tipo de un partido político es demasiado fácil para ellos.
ESTE Partido Socialista, el de ahora, es una máquina trituradora de candidatos, y está gobernado por una panda de incompetentes y chorizos.
¿Qué ha hecho Lobato? ¿Registrar una conversación en un notario? Se estaba protegiendo, y no se dejó usar ante una ilegalidad, simplemente.
Entre esto y el derecho de pernada, no hay mucha diferencia. Cuando hay uno que manda, el resto obedece... y eso, amigos, no se llama democracia.