El pasado miércoles asistimos a una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que fue un auténtico dislate. El Partido Popular y Vox se lanzaron en tromba contra el Gobierno de Pedro Sánchez preguntándole sobre cuestiones de presunta corrupción, sobre el caso Koldo, sobre lo asuntos de la mujer del presidente, etc. La respuesta del Ejecutivo fue defenderse atacando y arremetió contra el PP utilizando la amistad de Feijóo con un narcotraficante, y preguntando, a su vez, a los populares sobre otro caso de supuesta corrupción en la que está implicado el novio de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
Una sesión muy bronca que enseñó a los ciudadanos lo peor de la política. Miembros de Podemos llegaron a decir que se había recuperado lo peor del bipartidismo y que había llegado el momento de recuperar también la indignación que en el 2011 sirvió para que surgiera el movimiento del 15-M.
Con el avance de la semana no mejoró la cosa en materia política pues el jueves se aprobó la Ley de Amnistía y se envió al Senado, donde el PP, con su mayoría absoluta, está esperando para bloquear cuanto pueda.
Esta estrategia de los populares en el Senado es repetitiva y hace pocas semanas la Cámara Baja tumbó la senda de gasto propuesta por el Gobierno de España, paso necesario para seguir tramitando los Presupuestos Generales del Estado. Este bloqueo supone un perjuicio para las comunidades autónomas y para los ayuntamientos de toda España y también para los madrileños.
El PSOE de Madrid ha puesto cifras a ese bloqueo y ha determinado que nuestra región ha perdido cerca de 700 millones de euros en inversiones. Y aquí es donde los ciudadanos de a pie se alejan de la política y de los políticos. No puede ser que las batallas partidistas afecten gravemente a todos con pérdidas de inversiones y de medidas que los vecinos y vecinas esperan con desesperación.
Este dinero podría haber ido a mejorar la Educación, la Sanidad, los servicios públicos, que tanto precisan, precisamos, los ciudadanos. Por eso, desde las filas socialistas han pedido al PP que "en cada municipio se moje y se sume a exigir al PP nacional que permita que Ayuntamientos y Comunidades puedan tener más capacidad de gasto que mejore infraestructuras y servicios públicos".
Claro que todo esto fue antes de que el Gobierno anunciara que tras el adelanto de las elecciones catalanas, renunciaba a seguir adelante con la tramitación de las cuentas públicas, lo que supone que esa senda de gasto bloqueada por el PP en el Senado deje de tener ya sentido. Tendremos que seguir con la prórroga presupuestaria.
Estos bloqueos son los que suponen un desastre ciudadano porque mientras se producen tendremos que seguir esperando para que las administraciones desarrollen, por ejemplo, la Ley de Vivienda que incluye el famoso índice de referencia de los alquileres. Déjense de bloqueos y politiqueos que los ciudadanos siguen esperándoles.