Últimamente vivimos en un clima electoral permanente. Encadenamos elecciones tras elecciones sin llegar a salir de campañas, precampañas y postcampañas. Quienes vivimos de esto (políticos, periodistas, funcionarios...) seguimos creyendo que es importante, pero la verdad es que la gente está cada vez más cansada de la cosa política y no quiere saber nada de quienes nos gobiernan.
Esta última semana lo hemos podido comprobar con una encuesta a pie de calle. Es complicado que la gente se preste a contestar, pero cuando se les dice que el tema de va de política, miran para otro lado, dicen que no quieren saber nada del tema y te dejan con dos palmos de narices, porque la cosa no va con ellos.
Desde luego, esto es un grave error. Nuestros antepasados las pasaron negras para poder decidir quién y cómo decidiría sus destinos. Y ahora parece que menospreciamos esos esfuerzos porque no nos gusta cómo lo hacen. Sin duda, la democracia es el menos malo de los métodos de gobierno, tenemos la capacidad de "despedir" al presidente/alcalde/concejal, cada cuatro años con el poder de nuestros votos. Tal vez no sea un súper poder como los de Spiderman, pero permite controlar cuando algo se está haciendo garrafalmente.
Es verdad que es difícil saber qué parte de lo que cuentan (tanto en campaña como fuera de ella) es una milonga, pero es lo mejor que tenemos. Leerse un programa electoral sirve de poco y leérselos todos no sirve de nada. Francamente, las promesas son muy parecidas cuando uno se aleja de los extremos y los cumplimientos lo son aún más. Pero siempre hay una parte fundamental, tres puntos estrella que vertebran los programas electorales de cada grupo y que se suelen llevar a cabo.
Así que igual merece la pena estar un poco más atento a lo que nos dice cada candidato y un poco menos de lo que dicen los demás de ellos; centrarse un poco más en la gestión que podrán hacer y un poco menos en la batalla yerma que nos trasladan medios y adversarios; mirar un poco más los equipos y un poco menos la oratoria vacía. En fin, intentemos hacer una selección de personal seria para esos trabajadores que van a dirigir nuestra empresa y dejémonos de grescas. Y si no, siempre nos quedará el voto por eliminación...